Una dorsal oceánica es una elevación de la corteza terrestre que genera una situación de menor profundidad en el océano en donde aparecen. Así, las dorsales oceánicas son una especie de cordillera que recorren grandes distancias pero que están sumergidas en lo profundo del mar. En algunos casos, las dorsales oceánicas pueden dar lugar a la formación de islas, circunstancia que se emparenta con una significativa actividad volcánica. La explicación para este tipo de fenómenos, el de la aparición de dorsales oceánicas, debe encontrarse en la teoría de placas tectónicas, teoría que da cuenta también de la aparición de cordilleras en el continente, sobre el nivel del mar.
La corteza terrestre está dividida en placas que flotan en un sustrato de magma. Estas placas pueden estar debajo del océano o formar un continente; además están continuamente en movimiento, desplazándose en una determinada dirección. Estas circunstancias hacen que exista una situación de separación en algunos puntos y de choque en otros, ambas con el acompañamiento de actividad volcánica, es decir, con procesos de eliminación de lava hacia el exterior. Así, en zonas en donde exista un choque existirá una elevación de una porción del terreno y de hundimiento de otra, siendo que esta última parte desciende y provee de nuevo magma al tomar contacto con el calor interno de la tierra. Por otro lado, en zonas de expansión, al existir una separación de placas tectónicas existe un proceso de salida de magma hacia la superficie. Como estas zonas de expansión se encuentran debajo del océano, este magma o roca fundida emerge y se solidifica de forma tal que genera una dorsal, una cordillera que ese extiende por el borde de las placas.
Las cordilleras oceánicas en ocasiones dan lugar a islas, islas que se forman luego de una cantidad de tiempo significativa en la que este proceso se repite. Así, en ocasiones las dorsales oceánicas emergen del agua y permiten el desarrollo de una abundante vida vegetal o animal en sí mismas. Existen muchas dorsales que recorren el océano, siendo las más importantes las que se extienden por el océano pacífico y las que se extienden por el océano atlántico.
Es por lo expuesto que podemos comprender que este tipo de formaciones tienen como fundamentos los mismos procesos que hacen que el planeta Tierra tenga la apariencia que manifiesta. En efecto, estos mismos procesos que forman las cordilleras y las dorsales oceánicas son los que separaron los continentes hace millones de años.