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Definición de Delfín anatomía, ecolocalización, y alimentación

Carlos F. Lira Gómez
MSc. en Ciencias Marinas

Delfín se utiliza para dar nombre a distintas especies de cetáceos marinos (familia Delphinidae) que poseen un cuerpo fusiforme, hidrodinámico, con los miembros anteriores modificados en forma de aletas y una gran cola posterior adaptada para la natación; la respiración es pulmonar, a través de un espiráculo ubicado en la parte dorsal de la cabeza.

Diferencias familiares

El nombre delfín carece de validez taxonómica y puede prestarse a confusiones pues con este nombre se denomina a organismos acuáticos pertenecientes a distintos grupos taxonómicos, aunque todos pertenecientes al grupo de los cetáceos dentados (superfamilia Odontoceti), tales como los delfines de los ríos Indo y Ganges (familia Platinastidae), de ríos suramericanos como el Orinoco (Iniidae) o el de La Plata (Pontoporiidae), y los “verdaderos” delfines o delfines marinos (Delphinidae).

Adicionalmente, y para complicar aún más la situación, algunos miembros de la familia de los delfínidos no reciben el nombre de delfines, tal como ocurre con la orca o ballena asesina, el tucuxi, la orca enana, la falsa orca y las ballenas pilotos. Inclusive, al menos dos especies ostentan el nombre de delfín común.

Los primeros delfines aparecieron hace cerca de 50 millones de años, y al contrario de lo que se creía hasta hace poco tiempo, no se originaron a partir de un carnívoro ancestral sino de un artiodáctilo ancestral. Los Artidactylia son un orden de mamíferos ungulados (sus miembros o extremidades terminan por lo general en un número par de dedos que apoyan en el suelo), que incluye entre otros a hipopótamos, jirafas, jabalíes, llamas, reses y cetáceos. Estos últimos son los únicos que no presentan la característica antes mencionadas pues sus miembros se han modificado enormemente como adaptación a la vida acuática.

Anatomía

Los delfines debieron sufrir numerosos y profundos cambios anatómicos con respecto al patrón básico de los artiodáctilos como adaptación a la vida acuática, entre ellos se encuentra, la adquisición de un cuerpo fusiforme, la modificación de los miembros anteriores para adquirir forma de aletas, la pérdida total de los miembros posteriores y la adquisición de una aleta dorsal y una aleta caudal a partir de pliegues cutáneos y sin soporte esquelético.

Las vértebras también han sufrido modificaciones para facilitar la natación, con algunos procesos reducidos o ausentes, por lo cual estas no articulan entre sí, sino que se mantienen unidas por medio de los discos intervertebrales.

Los pelos corporales han desaparecido casi completamente, a excepción de algunas vibrisas escazas que algunas especies conservan alrededor del hocico. Tampoco hay glándulas en la piel, con excepción de las de los ojos y las mamarias.

El cráneo se ha alargado debido a una expansión de las mandíbulas en un proceso conocido como telescopización. Los orificios nasales se han desplazado dorsalmente hacia atrás en la cabeza. Los dientes son numerosos (hasta 50 en cada mandíbula), todos ellos pequeños y homodontos, utilizados para atrapar el alimento, mientras que su función masticatoria se ha reducido, como lo demuestra la reducción de los músculos masticatorios.

Respiración

Los delfines son vertebrados de respiración pulmonar por lo cual deben emerger a la superficie del agua periódicamente para poder respirar. Los orificios nasales se han desplazado dorsalmente hacia atrás y se han fusionado para formar un solo orificio conocido como espiráculo, el cual se cierra mediante una válvula durante el buceo.

Como adaptación a la vida acuática, el volumen de aire que puede renovarse en los pulmones con cada inspiración es superior al 75%, en comparación con los mamíferos terrestres que solo pueden renovar entre el 10 y el 15% del volumen total de los pulmones. Los delfines también pueden hiperventilar antes y después de sumergirse para el buceo.

Otro mecanismo adaptativo importante para el buceo en los delfines es la capacidad de almacenar oxígeno en la sangre y en el tejido muscular, la cual es 3 veces superior a la del ser humano.

Los delfines tienen una tasa promedio de respiración de 2,5 por minuto, con un tiempo de buceo que oscila entre 24 segundos y 6,2 minutos.

Ecolocalización

Los delfines tienen la capacidad de emitir sonidos de alta y baja frecuencia y de interpretar las ondas sonoras que retornan luego de chocar con algún obstáculo en el medio. Esta capacidad es empleada por los delfines para la navegación y para la búsqueda de presas, entre otras funciones.

El sonido para la ecolocalización se produce en unas estructuras denominadas bursas dorsales del labio de mono (MLDB, por sus siglas en inglés) ubicadas en el complejo nasal del delfín, y puede ser dirigido a una dirección particular gracias al melón, un órgano de naturaleza grasa ubicado en la región frontal del delfín.

Alimentación

La alimentación de los delfines se basa principalmente en peces y cefalópodos. Sus principales presas van a variar dependiendo no solo de su ubicación y de su especie, sino también de su edad, sexo y de la disponibilidad de presas, pero en líneas generales prefieren especies que vivan asociadas a los fondos marinos.

La caza pueden realizarla solos o en grupos, y emplean tanto la vista como la ecolocalización para encontrar a sus presas. Las presas no son masticadas sino ingeridas enteras y en el caso de los peces siempre desde la cabeza hasta la cola. Diariamente pueden consumir hasta el 5% de su peso en alimentos.

El estómago de los delfines está dividido en varias cámaras, la primera, o estómago anterior, no posee actividad glandular y funciona como una especie de molleja, no está separada del esófago ni de la siguiente cámara estomacal por ningún tipo de válvula. Se considera que es una porción del esófago modificada. La última cámara, por el contrario, es una modificación de la parte anterior del intestino y tiene actividad glandular.

Reproducción

El sistema reproductor de los delfines y su reproducción, también presenta algunas peculiaridades como adaptación a la vida acuática, entre ellas, los testículos de los machos no se alojan en sacos externos, sino que son retenidos justo debajo de la piel; el pene es de gran longitud y en estado de reposo se encuentra enrollado en el interior del cuerpo.

Existe un cortejo precópula y la cópula es breve, aunque se repite en numerosas ocasiones (inclusive sin fines reproductivos y con miembros de su propio sexo y de otras especies). Siempre se desarrolla una sola cría en el interior de la madre y tarda cerca de un año hasta alcanzar su completo desarrollo. La cría se presenta en posición caudal durante el parto y una vez ocurrido éste, la madre debe ayudar rápidamente a la cría a salir a la superficie para respirar, pues sus pulmones no se encuentran llenos de aire, por lo cual tiende a hundirse.

La hembra posee un par de glándulas mamarias que están provistas de músculos que le permiten bombear la leche hasta la boca de la cría.

Sueño

Si bien es cierto que el ritmo metabólico se reduce durante las horas de sueño, los delfines tuvieron que desarrollar adaptaciones para poder vivir en un ambiente acuático, pues, al dormir profundamente, o por largos periodos de tiempo, podrían correr el riesgo de morir ahogados.

Estudios electroencefalográficos de diferentes especies de delfines demostraron que durante las fases de “sueño” solo entra en reposo uno de los hemisferios cerebrales a la vez, mientras el otro permanece activo, de esa manera pueden estar consciente para mantenerse a flote y para detectar posibles enemigos.

También se ha encontrado que, en condiciones de cautiverio, los delfines pueden entrar en un estado de descanso profundo, sin signos de actividad cerebral consciente, en ese caso, un movimiento reflejo de la cola les permite mantener el espiráculo fuera del agua para poder respirar mientras duermen.

Referencias bibliográficas

Young, J.Z. (1971). La vida de los vertebrados. Ediciones Omega, S.A. Barcelona, España. 660 pp.

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Autor

Escrito por Carlos F. Lira Gómez para la Edición #108 de Enciclopedia Asigna, en 01/2022. Carlos es MSc. en Ciencias Marinas, mención Biología Marina del Inst. Oceanográfico de Venezuela, UDO. Profesor de Carcinología y Zoología Gral. en la UDO.