Por el concepto de dogmatismo se entiende de forma general la tendencia a asumir de forma tajante y sin discusión posible ciertos pensamientos o doctrinas.
También se aplica cuando se pretende que determinadas ideas o supuestos sean aceptadas por los demás sin el menor espíritu crítico y sin que puedan ser puestas en cuestión, a pesar de no existir evidencias empíricas que las sostengan.
El Dogmatismo, por tanto, puede considerarse como una mentalidad excluyente, ya que no admite más punto de vista que el propio, y descalifica todos aquellos postulados que no se ajustan a él. También se caracteriza por la ausencia de matices en la interpretación, considerando que, con respecto a determinados temas, sólo existen dos posturas, la acertada y la errónea, sin admitir que puedan existir grados intermedios entre ambas.
El dogmatismo en la filosofía
El dogmatismo ha sido objeto de reflexión por parte de innumerables filósofos a lo largo de la historia. Así, por ejemplo, Comte se refería al mismo no ya cómo una posición meramente ideológica, sino más bien como la adopción de una determinada actitud frente a los conocimientos. Es por ello, que el dogmatismo caracteriza a personas que prescinden de una actitud crítica para enfrentarse a nuevas teorías o pensamientos, limitándose a asumirlos como ciertos. Dándole una vuelta de tuerca a esta manera de definir el dogmatismo, podría entonces hablarse de fundamentalismo intelectual, donde la razón se desliga de la crítica y el pensamiento llega a ser una acción meramente pasiva.
Dogmatismo vs Escepticismo
El dogmatismo, así como otras palabras de la misma raíz como dogma y dogmático, se encuentra muy relacionado con la religión. En diversos ámbitos los dogmas se consideran como una revelación de la palabra divina y suponen un doctrinario oficial que es aceptado como un acto de fe imposible de debatir. En la filosofía clásica esas personas que aceptaban estos principios de forma incuestionable se definían como dogmáticos, frente a los cuales se contraponían los escépticos.
Dogmatismo y escepticismo pueden por tanto plantearse como las dos caras de una misma moneda, siendo el escéptico aquella persona que no cree en la existencia de una verdad absoluta o que en caso de existir esta verdad, las personas nunca podríamos acceder a su conocimiento. Por tanto, el escepticismo plantea la duda como eje sobre el que gira la vida, dando validez solamente a aquello que la experiencia ha demostrado como veraz.