La aritmética es la rama de la matemática que estudia las propiedades de los números. Hay operaciones muy sencillas que son conocidas de manera generalizada ( sumar, restar, multiplicar y dividir ), pero existen cálculos aritméticos de una gran complejidad ( los algoritmos o las ecuaciones diferenciales ). La divisibilidad es una de las características inherentes de los números. Consiste en la propiedad que tiene un número de ser dividido por otro.
Una división es una operación que permite establecer partes de un todo. Los escolares estudian los elementos que forman parte de esta operación matemática: dividendo, divisor, cociente y resto. Por otra parte, hay toda una serie de reglas de divisibilidad que permiten comprender las posibilidades de división de los números. Fue el matemático griego Eratóstenes quien en el siglo ll a. C realizó un estudio sistemático sobre la divisibilidad, concretamente sobre esta propiedad en los números primos, la denominada criba de Eratóstenes.
La divisibilidad es un concepto eminentemente matemático, pero no de manera exclusiva. Desde un punto de vista químico, se estudia la materia y sus posibilidades de división. Una sustancia es divisible en moléculas y éstas se pueden dividir en otro tipo de partículas, los átomos. Durante mucho tiempo se consideró que el átomo era una unidad indivisible ( átomo quiere decir precisamente indivisible ) pero en el siglo XX se conoció la estructura subatómica del átomo, es decir, protones, electrones y neutrones.
La idea de divisibilidad nos recuerda que existe su contraria: la indivisibilidad. No es simplemente una cuestión que pertenezca al conocimiento de la materia, ya que hay otros ámbitos donde ambos conceptos pueden presentarse. En muchas constituciones se dice explícitamente que una nación es indivisible, es decir, que no se puede admitir la posibilidad de su repartición o división.
La divisibilidad tiene igualmente un sentido filosófico y durante siglos se ha debatido sobre dos elementos en los que se puede dividir al ser humano ( cuerpo y alma ). Para algunos la idea de ser humano es divisible y así lo entienden los dualistas y para otros se trata de un concepto indivisible y así lo afirman los monistas ( para el monismo no existe la divisibilidad, pues la realidad es un todo ). Este debate filosófico sobre la divisibilidad también se ha dado en relación con la naturaleza de Dios y, de hecho, la trinidad es la manera teológica de entender el misterio de la divisibilidad de Dios.