Un dirigente es una persona encargada de tomar decisiones que afectan a un número importante de individuos que están bajo su cargo. El término puede remitir a políticos, gremialistas o encargados del destino de cualquier institución. En este sentido, puede decirse que el rol de dirigente implica una fuerte cuota de liderazgo, puesto que es un referente de relevancia que un grupo toma como propio. Como en toda función de liderazgo, el rol de dirigente implica una gran responsabilidad, responsabilidad que no siempre es honrada; no obstante, en los casos en que existe un desempeño correcto es mucho el bien que se puede hacer a terceros.
A lo largo dela historia han surgido en los diversos pueblos individuos que han tenido un rol destacado. Esto es observable desde los comienzos de la humanidad, en donde las diversas comunidades que se iban formando tenían un individuo que ejercía un rol de liderazgo, ya sea para bien o para mal. En estas condiciones, dicho individuo dirigía a la comunidad a la consecución de determinadas metas. En la actualidad dicho rol sigue estando vigente en diversos escenarios de la vida cotidiana; el más relevante de todos es el ámbito de la política, ámbito que en las democracias occidentales se da en el marco de la democracia.
En el contexto de una sociedad democrática, es la opinión de la mayoría la que elige a sus dirigentes. Estos es cierto en el contexto del sufragio, pero también lo es en el contexto del partido político de donde los dirigentes surgen: estos deben tener algún grado de adhesión o de legitimidad para aspirar a puestos gubernamentales. Una vez que la elección es concretada, la misma implica una cierta cesión de poder, sujeta por supuesto a diversas normas. Otro tipo de dirigente que puede nombrarse y que se supedita a los mismos mecanismos es el dirigente sindical; en efecto, este es elegido por sus compañeros para representarlos en negociaciones dentro del sector privado, negociaciones que afectarán a las empresas y a los trabajadores.
Uno de los vicios más frecuentes que puede enfrentar cualquier dirigente es el considerar que la autoridad proviene de sí mismo. Esto es un enorme error y puede tener consecuencias harto negativas. La dirigencia debe entenderse como un servicio a una comunidad y solo desde este contexto puede comprenderse. Otro orden de cosas implicaría una tiranía, un determinado orden en donde una comunidad se subordina a los caprichos de un individuo.