Se llamó “deskulakización” a la campaña llevada a cabo por Stalin entre 1929 y 1932 en la Unión Soviética. La misma implicó una feroz represión y persecución contra los campesinos más pudientes, quienes eran reconocidos de forma peyorativa como “kuláks”. Este proceso afectó a millones de personas y tuvo un fuerte impacto en el desarrollo social y económico de la URSS. El objetivo principal de la deskulakización consistía tanto en la colectivización de las tierras para expandir al socialismo por las zonas rurales como en la captación de mano de obra para trabajar en las industrias y la eliminación de los posibles elementos contrarrevolucionarios que pudieran re-implantar las estructuras anteriores a la revolución.
Contexto histórico
En 1917, tuvo lugar en Rusia la Revolución Bolchevique que puso fin al régimen zarista e instauró el socialismo desde el Estado creando la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas. Este proceso implicó desde un inicio la persecución y censura de los opositores al régimen. En ese contexto, el primer líder soviético, Vladimir Illich Lenin, había señalado la necesidad de implantar el socialismo en las zonas rurales, comenzando una inicial persecución a los grandes poseedores de tierras (“kuláks”) y una precoz redistribución de las mismas.
Con el ascenso de Iósif Stalin al poder, tras la muerte de Lenin en 1924, las políticas restrictivas soviéticas se volvieron más estrictas. Entre las nuevas diversas medidas, el líder inició una feroz persecución a quienes se entendía que eran opositores al régimen. Entre ellos se encontraban los clérigos de la Iglesia ortodoxa, diversos intelectuales, los militantes mencheviques, los bolcheviques que no estaban de acuerdo con sus políticas y también los kuláks.
El proceso que persiguió a estos últimos se conoció como “deskulakización”. El mismo promulgaba aquella idea de Lenin de expandir el socialismo en el campo que se haría efectiva al confiscar sus tierras para crear granjas de trabajo colectivo que produjeran bajo la dirección del Estado el cual había creado una compleja maquinaria de centralización económica. Como objetivo paralelo, el apresamiento de los kuláks y su destino en los gulags favorecería también el progreso económico ya que su trabajo forzado serviría para explotar los recursos naturales de las áreas menos desarrolladas y producir incipientes manufacturas.
Desarrollo
El proceso de deskulakización fue anunciado de forma oficial por Stalin el 27 de diciembre de 1929. Por medio de dicha declaración se estableció que los kuláks serían divididos según tres categorías principales: aquellos que debían ser ejecutados; quienes serían enviados a campos de trabajo forzado; y los que solo serían desposeídos de sus bienes quedando obligados a emplearse en las granjas de trabajo colectivo.
A partir de la disposición oficial, los kuláks fueron masivamente detenidos por la GPU, es decir, la policía secreta soviética. En este punto, vale señalar que el concepto de kulák abarcaba a una gran cantidad de personas ya que no solo refería a los latifundistas sino también a aquellos campesinos que contaban con porciones de tierra más pequeñas.
Si bien en un principio la deskulakización generó resistencia entre los afectados, quienes se organizaron en comandos armados para evitar su detención, este gesto generó aún un mayor recrudecimiento de las políticas stalinistas al punto de que se terminaron abriendo más gulags para contener a la gran masa de encarcelados.
Respecto de su organización, la deskulakización iniciaba con el apresamiento de los kuláks y sus parientes junto con la confiscación de sus bienes y tierras. Luego, si no se los ejecutaba ni se los obligaba a trabajar en granjas colectivas, los hombres aptos para el trabajo eran separados de sus familias y enviados a los gulags. Allí se los sometía a extenuantes ciclos de trabajo forzado, malas condiciones de higiene, falta de comida y frío extremo.
Por lo mencionado, la deskulakización tuvo dos consecuencias principales. Por un lado, siendo alrededor de 6 millones de personas las afectadas, generó el exilio, la muerte y la deportación de gran parte de la población soviética. Por otro lado, este proceso favoreció el éxodo de los campesinos a las ciudades, lo cual estimuló el desarrolló industrial de la Unión Soviética.