Hay una realidad innegable y es que cada vez hay mayor conciencia sobre el medio ambiente y la calidad de vida de las diferentes especies animales. En la interacción con el ser humano, los animales han sufrido desde siempre todo tipo de usos y abusos que tuvieron que ver con la posibilidad de utilizarlos en diferentes actividades. Es de este modo que muchas especies han desaparecido y otras, domésticas, siguen sufriendo el maltrato de los humanos.
El animal como sujeto de derechos
Mientras que a lo largo de la mayor parte de la historia el ser humano ha entendido al animal como un ser inferior que debe estar al servicio y a cubrir las necesidades de la vida humana (por ejemplo para transporte, carga, guerra, diversión, alimento, etc.), en el siglo XX comenzó a desarrollarse la noción de que el animal también es sujeto de derechos y por lo tanto el ser humano es responsable de asegurarle bienestar o, en su defecto, no intervenir en la naturaleza generando perjuicios o daños sobre su entorno.
El concepto de que el animal sea sujeto de derechos le da a esta problemática una entidad legal que permite condenar y sancionar a quienes, en distintas partes del mundo, no cumplan con la legislación existente.
La Declaración Universal en sí misma
En 1977 se estableció la Declaración Universal de Derechos del Animal, imitando y emulando la estructura de la Declaración Universal de los Derechos del Ser Humano generada a fines de la década de 1940. La mentada declaración fue redactada y firmada por diversas asociaciones y ligas de protección animal que participaron por muchos años en la discusión sobre la temática.
Del mismo modo que con los derechos humanos, esta declaración comienza estableciendo que los animales nacen todos en iguales condiciones de libertad y así debe mantenerse esta situación. Otros artículos señalan el respeto que les corresponde, que no deben ser sometidos a maltrato o crueldad, que su espacio y entorno natural debe ser respetado y preservado, que no debe ser abandonado, etc.
La relacion del ser humano y los animales
Aunque el ser humano tiene vínculos muy cercanos con muchas especies animales, la realidad es que ha desempeñado desde siempre actividades en las que abusó de la presencia de animales, por ejemplo como alimento en exceso, como divertimento, como caza, como prácticas en laboratorios, como transporte, etc.
Todas estas situaciones han hecho que en todos los países del mundo existan prácticas que implican algún daño o perjuicio para los animales que, en su indefensión, sufren malos tratos, abusos, encierro, abandono, etc.