Bajo el concepto de cultura se incluyen todas las expresiones artísticas, tradiciones, hábitos y prácticas sociales representativas de una comunidad determinada desarrolladas en un tiempo o época determinada, que la diferencian de otras culturas (de otras comunidades) y le otorgan identidad al grupo social al cual pertenece.
Durante años, en el plano intelectual, se ha reflexionado y se han desencadenado numerosos debates acerca del concepto de cultura. Uno de esos conceptos, desarrollado por Denis Cuche, no sólo incluye a lo artístico o lo tradicional de una comunidad dentro de lo que es cultura, si no que también las prácticas cotidianas contemporáneas, los hábitos y las maneras de vivir en sociedad son parte de la cultura.
Cultura hizo alusión durante la Edad Media al “cultivo de la tierra”, y por eso podemos pensar que este concepto se hace extensivo en cuanto “cultivar” un terreno propio, aunque en este caso, ya no de manera física, como lo es la tierra, si no de manera simbólica, con el desarrollo del arte por ejemplo. Cultivar el intelecto, el espíritu, el apego de uno con su tierra, su comunidad, lo que le es propio, o lo siente como tal.
A lo largo de la historia, podemos reconocer tres grandes formas de la cultura, ligadas a su alcance. No deben pensarse estas formas como “momentos” puesto que en la actualidad incluso conviven las tres, aunque sí cada una de ellas comenzó a delinearse en momentos históricos diferentes. La primera es la cultura de élite o alta cultura, que comenzó con la Ilustración del siglo XV donde la literatura, la música y el arte en general estaba reservado a ser gestado y disfrutado por integrantes de las altas clases sociales.
Luego, encontramos la cultura popular, impulsada en la era medieval, con la aparición del carnaval, de espectáculos callejeros o al aire libre, y que de a poco comenzó a insertarse también en las mismas áreas de la alta cultura (música, literatura…), con un alto grado crítico acerca de las relaciones sociales y el rol de las clases populares o bajas. Sin dudas, la invención de la imprenta fue un disparador para que la literatura no estuviera sólo circunscripta a la élite cultural.
Por último, mencionaremos la cultura masiva, y quizás ya puedan imaginar quienes están ligados a ella. Sí, los medios masivos de comunicación. Aunque no sólo estos. Si bien con la aparición del periodismo gráfico, el cine, la radio y la televisión es donde lo masivo cobra fuerza a tal punto de delinear sus propios lenguajes, como la espontaneidad de la radio o la supremacía de lo visual en la televisión, también libros, películas y música han alcanzado una masividad imponente, a través de la industria cultural.