El gran autor y escritor argentino Julio Cortázar fue un prolífico artista que es reconocido mundialmente como uno de los mejores autores del siglo XX. Entre sus obras encontramos un estilo muy personal que se liga a lo sentimental y a la búsqueda de un lenguaje casi propio. En este sentido, una palabra creada por él mismo y ganada al idioma castellano como una palabra más que puede ser utilizada en diferentes situaciones es la de «cronopio». El cronopio es un ser difícil de describir ya que las características del mismo nunca fueron muy específicas.
‘Historias de Cronopios y Famas’ ha sido el origen de este término y con él nació toda una adoración hacia estos seres de fantasía
Para comenzar, podemos hablar de este libro escrito por Cortázar en el año 1962. ‘Historias de Cronopios y Famas’ fue una reunión de cuentos y pequeños fragmentos cortos que se caracterizan por el estilo surrealista del autor en el cual numerosas figuras de fantasía toman lugar y se convierten en protagonistas de las historias.
Las descripciones de estas figuras llamadas ‘cronopios’ son relativas y pueden prestarse a la interpretación ya que en ningún momento se asevera o define realmente qué son. En algunos casos son referidas como dibujos y en otros casos como seres de color verde. Estas explicaciones también son iguales de relativas cuando el autor hace referencia a otros personajes de las historias: los famas y los esperanzas.
Existe la posibilidad de entender la historia de este libro como un paralelismo social, recurso común en la literatura de Cortázar
Muchos estudiosos y analistas de los escritos de Cortázar han intentado hacer un análisis social y cultural detrás de la historia de los cronopios y los famas. Aunque esto nunca es fácil debido a la forma de escribir del autor, se han podido establecer un par de ideas que señalarían que los cronopios representan a los sectores medios de la sociedad argentina mientras los famas representarían a la clase social más alta.
Esta diferenciación es utilizada por el autor para comparar formas de comportamiento: al tiempo que los cronopios son seres sensibles aunque un poco caóticos, los famas son mucho más prejuiciosos y estructurados. Los primeros buscan permanentemente intentar acercarse al estilo de vida de los segundos aunque no lo logran y esto se convierte en una metáfora de la vida social argentina aplicable a todas las épocas de la historia local.