La creencia es la convicción de que algo es verdadero y cierto. Es una valoración personal que puede basarse en elementos racionales o en una sensación interna. Al tener una creencia sobre algo se considera que existe una certeza sobre ella. Esto no significa que esta valoración de la certeza se corresponda con la verdad, pues certeza y verdad son realidades distintas.
En relación con los principios e ideas que tenemos, decimos que forman nuestras creencias personales, aquellas valoraciones u opiniones sobre distintos aspectos de la realidad. Y estas opiniones son cambiantes, pues a lo largo de una vida se van modificando las creencias. Por otra parte, las circunstancias ambientales también intervienen en el tipo de opiniones que mantenemos. La educación recibida y el ambiente familiar son factores que influyen en las creencias de los individuos.
En el contexto religioso, el conjunto de principios y dogmas forman las creencias de las personas que tienen una fe determinada, los creyentes. Los principios religiosos suelen ser firmes y estables, de tal forma que los partidarios de una fe mantienen las mismas creencias a lo largo de la vida.
Tanto en un sentido personal como religioso, nuestras creencias nos sirven como criterios de valoración, en el sentido de que juzgamos o valoramos lo que nos rodea a partir del criterio establecido por nuestras convicciones. En el lenguaje cotidiano, decimos que algo va en contra de nuestras creencias cuando sentimos un rechazo hacia ello.
La idea de creencia tiene un componente psicológico en la mayoría de contextos. Creer en una idea, en una persona o una doctrina significa que hay una conexión emocional entre nosotros y aquello en lo que creemos.
Desde una perspectiva social, una comunidad de individuos suele compartir una serie de valores y tradiciones y todo ello conforma unas creencias sociales, es decir, unas ideas aceptadas por la mayoría. En este sentido, también se van modificando las convicciones o valoraciones a lo largo del tiempo. Las creencias del mundo contemporáneo son muy distintas a las de otras épocas. Cuando el contexto social y las ideas comúnmente aceptadas cambian por algún motivo, las convicciones y valores de un pueblo también se modifican en un sentido u otro. A lo largo de la historia el componente religioso ha sido el fundamento de las creencias generales, aunque con el desarrollo del pensamiento racional y científico han surgido nuevas perspectivas en relación con las creencias de la sociedad.