Las costumbres son formas de comportamiento que están extendidas en una sociedad. Las mismas se deben generalmente a la recurrencia de los mismos a lo largo de los años por distintos motivos; las costumbres en este sentido suelen formar parte de distintas circunstancias culturales de una comunidad determinada. No obstante, las costumbres también pueden referir al comportamiento de una persona, es decir, dar cuenta de determinadas actividades o actuaciones que están asociadas a un individuo por el hecho de ser llevadas a cabo de forma consuetudinaria; en este caso, el concepto de costumbre puede asimilarse al de hábito, es decir, a un tipo de proceder que ya forma parte de una personalidad.
Las costumbres, dado lo expuesto, pueden decir mucho de una sociedad o de un individuo. En efecto, las mismas pueden trasuntar sus anhelos o sus temores de forma fidedigna. En algunos casos, también pueden dar cuenta de las circunstancias de éxito o de fracaso en una determinada materia. Un ejemplo de este hecho puede encontrarse en el famoso trabajo de Weber que relaciona a la ética protestante con el desarrollo del capitalismo; en dicho trabajo, se extiende la explicación del sistema económico imperante en función de las costumbres religiosas que habían manifestado las sociedades que habían desarrollado un cristianismo independiente del pontificado. Este hecho puede dar cuenta de las consecuencias que se derivan de lo que puede considerarse un tema trivial.
Dado que desde el punto de vista individual una costumbre puede referir a un hábito, puede colegirse la importancia que tiene en función de la vida propia de quien la manifiesta. En efecto, en muchos casos la misma será anodina e intrascendente; pero en otros puede tener grandes consecuencias en el desarrollo que se alcance. En efecto, a las costumbres establecidas que tienen consecuencias negativas puede llamárselas vicios y a las que tienen consecuencias positivas puede llamársela virtudes. En este sentido, es harto dificultoso promover tanto hábitos positivos como eliminar hábitos negativos, circunstancia que hace importante un cuidado especial al respecto. En efecto, si una determinada práctica que se considera negativa se torna repetitiva quizá es momento de considerar la ayuda profesional.
Como vemos, las costumbres dan cuenta de una forma de ser, tanto a nivel personal como a nivel social, hecho que de alguna manera explica la importancia que suele dárseles. En efecto, el estudio de las mismas en estos dos niveles es llevado a cabo por distintas disciplinas, como la psicología y la sociología.