Se denomina coordinación a la capacidad de ordenar elementos en apariencia dispares para lograr un objetivo determinado. Así, es posible referirse a la coordinación motriz, a la coordinación de un grupo de trabajo, a la coordinación gramatical, a la económica, etc.
En el caso de la coordinación motriz, se hace referencia a la capacidad de los músculos esqueléticos del cuerpo de lograr una sincronización para lograr un determinado movimiento. Así, los músculos de las extremidades conjuntamente con son movidos por impulsos del sistema nervioso a partir de las directrices del cerebro de un modo armónico en vistas de la consecución de un objetivo en términos de movimiento; conjuntamente, el cerebelo controla al denominado tono muscular. Esta capacidad es extremadamente importante en los deportistas, en especial los que se desarrollan en áreas que requieren de habilidad con el cuerpo. Es importante resaltar que este tipo de coordinación puede aprenderse y desarrollarse.
En el caso de un grupo de trabajo, generalmente nos referimos a la actividad de una empresa que tiene por objeto fundante la obtención de rentabilidad. Así, la coordinación estará dada en este caso por la interrelación que tienen las distintas áreas encargadas de una función específica a fin de lograr una producción eficiente de bienes y servicios, esto es, reduciendo los costos al máximo posible.
Con respecto a la coordinación gramatical, se hace referencia a la coincidencia entre persona y número del núcleo del sujeto con respecto a la desinencia del verbo. También puede referirse a la coordinación que realizan determinados nexos (“y”, “o”, pero”) dentro de estructuras sintácticas que tienen una jerarquía similar.
Finalmente, cabe hacer referencia a la coordinación que se produce en el mercado. Esta se da fundamentalmente por el equilibrio evidenciado entre la oferta y la demanda para la determinación del precio y la cantidad de un bien o servicio. Así, en un mercado considerado libre la cantidad de bienes ofrecidos por los oferentes y la cantidad de bienes pedidos por los demandantes estarán dependiendo del precio de mercado del producto en cuestión. Esta coordinación posibilita que siempre haya suficientes productos en el mercado en función de la necesidad que exista de ellos. Si bien existen debates académicos en relación al nivel de eficiencia alcanzado por la coordinación autónoma que ejerce el mercado, lo cierto es que esta existe en alguna medida.
Todos los ejemplos precedentes tienen en común, a pesar de la disparidad de materias tratadas, la idea de poner en relación elementos dispersos en función de un fin.