De manera individual o colectiva se puede tener una idea en relación con el conjunto de la sociedad y, en especial, de los problemas que afectan a los más desfavorecidos. Esta idea sería la conciencia social.
Hay toda una serie de problemas que tienen una dimensión social: la pobreza, la marginación, la discriminación o cualquier otro que exprese una situación de desigualdad por parte de algún colectivo. Ante este tipo de realidades, caben dos actitudes: la indiferencia o el compromiso. La conciencia social es precisamente la actitud de compromiso o empatía con respecto a los problemas sociales. Si una persona manifiesta desinterés hacia el sufrimiento ajeno o se centra en su vida personal de manera exclusiva, es posible afirmar que no tiene una conciencia social. Sin embargo, entre una actitud y otra puede haber una intermedia, porque de alguna manera cada individuo tiene un grado de conciencia social. Se trata de una idea y un sentimiento interior que puede definirse de manera gradual, desde un conocimiento superficial de las injusticias hasta un compromiso activo y de gran implicación personal.
El ser humano es un individuo social, que interactúa con los demás y, de manera inevitable, se siente influido por los problemas ajenos.
La idea de conciencia social se popularizó en el siglo XlX en el contexto de la ideología marxista. Marx habló de la conciencia de clase. Para este filósofo la conciencia de clase es un concepto que se refiere a la percepción de la clase proletaria sobre su situación de explotación y alienación. Este concepto se fue transformando con el paso del tiempo, convirtiéndose en conciencia social. Es una noción muy empleada por todo tipo de movimientos sociales y políticos ( ecologistas, grupos alternativos o movimientos ciudadanos diversos ). Todos ellos emplean esta denominación para comunicar al conjunto de la sociedad la necesidad de asumir un compromiso ético global y, en consecuencia, no adoptar posturas de tipo individualista.
En el mundo del arte y de la creación también se emplea el concepto de conciencia social. Algunos creadores expresan sus inquietudes artísticas con una finalidad social. Su objetivo artístico va más allá de lo estético y pretenden despertar la conciencia de la sociedad en relación con algún aspecto que les resulta preocupante por algún motivo. Esta actitud artística también es conocida como arte comprometido y se contrapone a una visión del arte como algo puramente estético.