La palabra cognitivo viene del latín cognoscere, que quiere decir conocer. Lo cognitivo es todo aquello que forma parte del proceso de conocimiento. Somos animales racionales y nuestra racionalidad se fundamenta en la capacidad de resolver problemas, de memorizar, de hablar y de proyectar ideas. Y todas las variantes de nuestra racionalidad son procesos cognitivos.
Terapia cognitiva en el marco de la psicología
Si una persona se encuentra mal anímicamente puede ir a un psicólogo y el psicólogo utilizará algún tipo de terapia para ayudarle a superar su malestar. Hay básicamente tres modalidades de terapia: la psicoanalítica, la conductista o la cognitiva. La primera se basa en los principios de Freud (el papel del inconsciente, de la sexualidad, de la infancia, del instinto, etc). La terapia conductista intenta solucionar los problemas psicológicos modificando la conducta no deseada (si una persona tiene fobia a las palomas, el terapeuta va aplicando una serie de estrategias hasta que la fobia desaparece). La terapia cognitiva se fundamenta en la idea de que el pensamiento humano es capaz de controlar las emociones. Por este motivo, la psicología cognitiva es considerada como racional, en el sentido de que la razón es la que puede guiar los sentimientos.
Principios y estrategias de la psicología cognitiva
Si el ser humano se caracteriza por su racionalidad, esto implica que si un individuo quiere resolver un problema psicológico tendrá que recurrir a un tipo de terapia en la que el pensamiento sea la herramienta fundamental para sentirse mejor o superar una situación angustiosa.
Ya en la antigüedad algunos filósofos propusieron la idea de conocerse a uno mismo para conseguir la felicidad (la propuesta socrática de «conócete a ti mismo» es un claro ejemplo).
Ciertos hechos son inevitables (por ejemplo, algunos accidentes). Ante un hecho de estas características que vaya acompañado de un sentimiento doloroso es posible adoptar respuestas psicológicas diversas. Desde el planteamiento cognitivo se propone realizar una correcta interpretación de los hechos. Comprender lo que ha sucedido no evitará el problema, pero puede ayudar a superarlo. Por el contrario, si un acontecimiento triste es valorado como un castigo es muy probable que el sentimiento que se produzca sea destructivo y perdure en el tiempo.
El terapeuta cognitivo ayuda al paciente para que reconozca lo que le pasa y por qué le pasa. A partir de la comprensión de una situación ingrata y dolorosa tiene sentido poner en marcha una estrategia de resolución. Por este motivo, algunos terapeutas combinan procedimientos cognitivos con otros de tipo conductual. Esto supone que hay que conocer primero un problema desde el análisis racional y posteriormente se aplicará un cambio en una conducta no deseada o dañina.