Biografía de Carlos V

Nació en la ciudad belga de Gante, perteneciente al condado de Flandes, dentro del territorio del Sacro Imperio Romano Germánico.

Hijo de Felipe I, “el hermoso”, y de Juana I, “la loca”.

Felipe fue Duque titular de Borgoña y Conde de Flandes, entre otros títulos, e integrante de la Casa Habsburgo. Su padre fue el emperador Maximiliano I de Habsburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Murió temprana y súbitamente, a los 28 años, aparentemente por una descompensación sufrida jugando a la pelota.

Juana I, por su parte, heredó el trono de Castilla cuando su madre Isabel, la católica falleció. Tras la muerte de su esposo fue declarada insana por su padre Fernando y recluida en el Palacio de Tordesillas, confinamiento que luego confirmó su hijo Carlos.

No hay pruebas demasiado concretas, aunque se especula con que la depresión tras la muerte de su esposo y los celos enfermizos que sintió por él la desquiciaron.

Sus abuelos paternos fueron Maximiliano I de Habsburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y su abuela María de Borgoña; y por la vía materna fue nieto de los Reyes Católicos.

Estos lazos familiares lo erigieron en un super-gobernante de vastos territorios.

Sus primeros años de vida los pasó lejos de sus padres y recibió una educación acorde al cargo que le tocaría ocupar.

El Papa Adriano VI fue su principal maestro.

Su padre acordó con el Rey Luis XII su matrimonio con la hija de éste, sin embargo, terminó casándose con Isabel de Avis.

Heredó el trono de España, Sicilia y Cerdeña.

Su abuelo, Fernando de Aragón, le legó el poder de los Reinos de Castilla y Aragón, vía testamento, tras declarar la incapacidad mental de su madre para hacerse cargo de este.

Hasta que cumplió la mayoría de edad el Cardenal Cisneros se hizo cargo de la regencia en Castilla, mientras que el arzobispo Alonso de la de Aragón.

Las Cortes de Castilla reunidas en Valladolid lo nombran Rey.

En un comienzo fue rechazado por el pueblo español por considerarlo un extranjero en el trono. Nunca había vivido en suelo español ya que pasó su infancia y juventud en Flandes.

Ahora bien, las mencionadas Cortes se ocuparon de marcarle algunos límites al futuro monarca: que aprendiese a hablar el idioma castellano, que trate con respeto a su madre recluida en Tordesillas, se prohibió la salida de caballos y de metales de Castilla y el nombramiento de funcionarios extranjeros.

España se rebeló ante su llegada al trono, hecho que se manifestó a través de las rebeliones ocurridas en Valencia y en Castilla.

Se convirtió en emperador del Imperio Romano Germánico tras la muerte de su abuelo Maximiliano I de Habsburgo.

Parte de Italia, España, Países Bajos, Austria y los territorios descubiertos por Colón en América quedaron bajo su órbita. Ahora bien, es importante destacar que su interés siempre estuvo concentrado en Europa por su visión netamente eurocéntrica. Para él los dominios del nuevo continente eran un medio para obtener las riquezas que su territorio y poder europeo necesitaban para mantenerse y crecer.

Mantuvo una fuerte rivalidad con su par de Francia, Francisco I, con quien llegó a batirse a duelo, y que implicó el enfrentamiento de cuatro guerras en más de dos décadas.

Tanto Francia como el resto de las monarquías europeas veían en Carlos V una traba para su expansión y progreso.

Justamente, Francisco I fue quien se más se opuso a la propuesta de imperio promovida por Carlos V.

Si bien estaba cercado por los dominios de este, Francisco, nunca se doblegó y provocó muchas tensiones que terminaron en enfrentamientos bélicos.

En el caso de Enrique VIII, trató de mostrarse más conciliador y hacer las veces de mediador entre ambos monarcas, sin embargo, entre estos comenzó una lucha por ganarse “el corazón” de Enrique.

El rey inglés estableció una alianza diplomática por conveniencia con Carlos, pero no duraría demasiado.

Martín Lutero publicó sus tesis que denunciaban la corrupción de la iglesia católica, hecho que desencadenó la escisión con esta y el lanzamiento de la Reforma Protestante.

Lutero acusó a la Iglesia de vender las indulgencias y terminó siendo excomulgado por no arrepentirse de sus dichos.

Carlos lo convocó a un diálogo, sin embargo, el monje Lutero reafirmó su posición y fue desterrado del imperio.

Se casó con Isabel de Portugal, nieta de los Reyes católicos, y tuvo cinco hijos: Felipe, María, Fernando, Juana y Juan.

Todo su reinado lo acometió con los franceses, los turcos y los protestantes en su contra y al acecho.

A este estado de cosas político se le sumó la debilidad financiera del imperio que no pudo acomodarse ni siquiera con los préstamos de los grandes banqueros de la época. El gasto de la corte y de las continuas guerras hicieron inviable la economía imperial que no pudo ni supo capitalizar las enormes riquezas que provenían del Nuevo Continente.

Su poder y posesiones también estuvieron permanentemente acechados por el avance del imperio turco otomano liderado por el emperador Solimán el magnífico.

El agotamiento un día le llegó, y presentó la abdicación al cargo de Emperador en favor de su hermano, mientras que el de España y América lo legó a su hijo Felipe.

Falleció en Cuacos de Yuste, España, a los 58 años, a causa de paludismo.