Durante dos décadas fue emperador de Roma, entre los años 117 y 138, en tanto, su gestión pasó a la historia porque fue en ella que el Imperio consiguió la mayor cantidad de territorios bajo su órbita, algo que por supuesto lo engrandeció aún más. Perteneció a la dinastía de los Antoninos.
Pero así como hay una de arena también hay una de cal, y Adriano,, personaje del que hablamos, no fue el emperador que más gusto le causó al fuerte Senado Romano y esto tiene que ver con que promovió una modernización en el ámbito administrativo del estado y entonces los profesionales ganaron terreno en este aspecto en detrimento de los senadores.
Tampoco se puede soslayar su carrera militar ciertamente exitosa, antes de convertirse en emperador, habiendo participado en la Guerra de Dacia.
Adriano fue un cultor de la filosofía epicúrea creada por el filósofo griego Epicuro de Samos , allá por el siglo IV A.C. Este sistema filosófico promovía la vida feliz a través de una administración eficiente del placer y el dolor. En un viaje a Grecia, Adriano, quedaría impactado con esta filosofía y con el resto de la cultura helénica de la cual sería fanático.
También fue un gobernante muy interesado en el desarrollo cultural y por ello es que destinó esfuerzos económicos del estado para conseguirlo.
Estuvo casado con Vibia Sabina, quien era sobrina del antecesor de Adriano, Trajano. Este enlace obviamente abrió las chances de Adriano hacia el trono romano pero no fue para nada feliz para los cónyuges, quienes no congeniaban e incluso no tuvieron descendencia propia. La leyenda cuenta que Vibia tomaba anticonceptivos porque no quería tener un hijo con él.
Adriano había quedado huérfano a la edad de ocho años y entonces el emperador Trajano quedó a su cargo. Esta situación obviamente lo emparentó aún más con el poder y le allanó terreno para sus aspiraciones políticas. Adriano, de excelente relación con la esposa de Trajano, habría sido adoptado por este último antes de fallecer y eso le permitió convertirse en emperador. Existen dudas al respecto de la validez de esa adopción pero no se ha podido probar lo contrario.
Nació en Roma, el 24 de enero del año 76, en el seno de una familia aristocrática, y falleció a los 62 años de edad, presuntamente a causa de una cardiopatía, un 10 de julio del año 138. Lo sucedió uno de sus hijos adoptivos, Antonino Pío.