El capitalismo es un sistema de organización económica, pero también relacionado con un modelo de sociedad.
El capitalismo se opone al modelo feudal. En el feudalismo se producía solamente lo necesario (autarquía), la riqueza se fundamentaba en la propiedad y la explotación de la tierra y, al no generarse excedentes en la producción, la actividad comercial era muy reducida.
Por otra parte, el capitalismo se opone igualmente al socialismo, que se basa en el control estatal de los medios de producción.
El capitalismo como sistema económica funciona mediante unas leyes, las denominadas leyes del mercado, que también son conocidas como la ley de la oferta y la demanda. De forma muy esquemática esta ley afirma que cuando la demanda es superior a la oferta, los precios de los productos tienden a incrementarse y, de manera contraria e inversa, cuando la oferta es superior a la demanda, los precios tienden a reducirse. Además de esta ley, hay otros elementos que intervienen en el capitalismo: las relaciones basadas en el interés de los individuos y la competencia que se genera entre las diversas entidades.
El capitalismo como estructura económica surgió en el Renacimiento, cuando el modelo feudal entró en crisis debido al surgimiento de una nueva clase social, la burguesía. Otra circunstancia clave fue la aparición de la banca como entidad que impulsaba el crédito.
El capitalismo no ha dejado de evolucionar y de introducir variantes en sus planteamientos. Existe un capitalismo basado en una economía mixta que combina la iniciativa del capital y la propiedad privada con la intervención del estado (este modelo es el que se aplica en la mayoría de países en la actualidad). Hay un capitalismo en el que el mercado actúa libremente, simplemente con la actuación de las leyes del mercado y con una participación del estado nula en relación a la actividad económica.
Si bien el sistema capitalista es el más extendido en el planeta, hay una serie de aspectos de este modelo que han sido duramente criticados: el fomento del individualismo, la competitividad (algo opuesto a la cooperación), la idea de lucro como motor de la economía y, en pocas palabras, todas aquellas circunstancias propias del capitalismo en las que hay injusticia y desigualdad entre los individuos.
Los colectivos críticos con el capitalismo son muy diversos: anarquistas, comunistas, ecologistas o socialistas. En los últimos años, ha aparecido un nuevo grupo que se opone al capitalismo: el movimiento antiglobalización.