Todo lo que sucede tiene una dimensión temporal y en este sentido hay ciertas cosas que llegado un momento pierden sus propiedades. Cuando esto sucede se produce un fenómeno: la caducidad.
La idea de caducidad puede afectar a un producto, por ejemplo un yogur, una lata de conservas o cualquier medicamento. Los consumidores saben cuándo un producto ha caducado, ya que todos los productos perecederos incorporan una fecha límite, más allá de la cual no se recomienda su consumo.
Cuando una idea, objeto o estilo deja de tener valor se dice igualmente que está caduco. Esto sucede en el contexto de la moda en cualquiera de sus manifestaciones. Una prenda de vestir, un peinado o unos zapatos caducan en el sentido de que van en contra de una tendencia y no porque dejen de cumplir una función. Lo caduco es anticuado y pasado de moda. Algo muy parecido sucede en relación con ciertas ideas o tradiciones. Así, si alguien mantiene costumbres propias del pasado o tiene una mentalidad desfasada se dice que tiene ideas caducas y, en consecuencia, son impropias de su tiempo. En el mundo del arte, la aparición del nuevos movimientos es un claro síntoma de la caducidad en las valoraciones estéticas.
No hay que olvidar que en la naturaleza se produce igualmente este fenómeno y por ello se habla de los árboles de hoja caduca, es decir, los que no mantienen las hojas durante todo el año.
El debate sobre la caducidad de los alimentos
El consumo de alimentos cuando se ha sobrepasado la fecha de caducidad es un riesgo para la salud. Las consecuencias de no respetar esta recomendación son potencialmente graves: intoxicaciones, botulismo, etc.
Si bien el concepto de caducidad alimentaria es bastante claro (la fecha a partir de la cual no debe consumirse un alimento), en ocasiones esto se confunde con otro aspecto, la fecha del consumo preferente, es decir, cuándo un producto ya no tiene las mismas propiedades pero es posible ingerirlo porque no hay un riesgo para la salud. Esta confusión ha creado una polémica en algunos países y lo expertos recomiendan fijarse en lo que especifica la etiqueta en cada caso.
Algunos especialistas en seguridad alimentaria consideran que el concepto de consumo preferente es demasiado indeterminado y ambiguo. También hay que tener en cuenta que algunos alimentos llevan riesgos asociados y otros no.
El debate sobre la caducidad de algunos alimentos ha aparecido en relación con el contexto de la crisis económica que viven algunos países, pues los consumidores se ven obligados a consumir alimentos debido a sus dificultades económicas.