Un bien sustitutivo es un reemplazo de otro producto, satisfacen de la misma manera pero son prácticamente diferentes, ya sea que se trate de una marca o de un producto totalmente opuesto pero bajo la misma funcionalidad, existen numerosos ejemplos de este tipo de bienes, uno simple es el pollo o la carne de soja ante el corte vacuno, o la margarina respecto de la mantequilla, uno se vuelve la permuta del otro, este cambio se da a partir de la decisión del consumidor, el cual tiene la última palabra en una ardua competencia en miles de bienes sustitutos, depende en gran medida por el coste de oportunidad.
El bien complementario se vuelve un añadido a la funcionalidad o satisfacción que aporta un producto, es un conjunto que va de la mano con otro, un claro ejemplo de ello es un auto con la gasolina, un hot dog, el cual lleva un pan con el embutido. La principal diferencia entre estos dos tipos de bienes se da en la movilidad de la demanda con respecto a los cambios en los precios, desplazando la elasticidad ante los gustos de los consumidores.
Tendencias en la demanda
Si el precio de un bien complementario sube, la demanda de ambos productos tiende a irse a la baja, caso contrario si el precio baja, la tendencia de la demanda aumenta, este fenómeno apoyo entre los productos se ve claramente en el ejemplo del perro caliente, si el embutido sufre de una alta demanda, el pan y demás complementos también subirán, por otro lado en este tipo de bienes existe una desventaja al momento de una baja en la demanda, al estar prácticamente entrelazados sufren de las mismas consecuencias, este parentesco se puede ver claramente en una gráfica:
En la actualidad muchos productos se complementan, en gran medida depende del consumo de la sociedad, la cual define la cualidad y funcionalidad de los bienes, aunque hay que destacar que en muchos casos la publicidad y mercadotecnias son de alta influencia para el consumo de manera conjunta, siendo un ejemplo de ello la moda textil, cuando sale a la venta de temporada una blusa siempre existe en complemento, un pantalón, falda o zapatos que deben ser comprados, no se trata de vender una pieza sino todo el conjunto, haciendo creer que son complementarios.
Los precios sustitutos actúan de manera contraria, es decir, si el precio de un producto sube y la demanda de ese bien baja, la del sustituto aumenta, ya que se encuentra a otro precio, sin embargo, al momento de aumentar dicha demanda de ese sustituto el precio se suele establecer a la par, por lo que se mantiene el mismo precio pero una alteración en la demanda, tal como se aprecia en la gráfica:
El ingreso juega otro papel fundamental en la elección del consumidor a todo tipo de bienes, por lo que una alteración en este cambia totalmente la demanda tanto de los bienes sustitutos como de los complementarios.
Clasificación y ejemplos de bienes sustitutos y bienes complementarios
Existen ciertas condiciones en las que este tipo de bienes consiguen una perfección en la relación de consumo e ingreso, también existe una relación en la que se da una completa imperfección:
– Los bienes sustitutos perfectos son aquellos que se usan para el mismo fin, existiendo la misma condición de satisfacción. Un ejemplo de este tipo de productos son las aguas embotelladas, a lo que se encuentran diferentes marcas bajo la misma presentación, así, cuando se tiene sed puede resultar lo mismo consumir una que otra; aunque en ocasiones exista predilección por una marca puntual, la satisfacción es la misma. Entre estos bienes se da una batalla constante en el precio para posicionarse.
– Los sustitutos imperfectos son lo que sirven para lo mismo pero no ofrecen la misma satisfacción, un ejemplo de estos son los audífonos, existen algunos de precios bajos que permiten escuchar, aunque hay otros de mayor precio que sin duda aportan mayor fidelidad.
– Los bienes complementarios perfectos son aquellos que se consumen siempre juntos, por ejemplo una impresora con sus respectivos cartuchos de tinta, solo existe una satisfacción si se consumen los dos.
– Los complementarios imperfectos con aquellos que se necesitan pero que no necesariamente tienen que comprarse juntos, por ejemplo una consola de video donde se puede jugar en línea a través de conexión a internet y con cartuchos y discos, se puede jugar de la dos formas comprando en línea para guardar en la memoria o en su vertiente clásica con un disco, existiendo en ese momento una imperfección en la complementación ante su función.