La autorización es el proceso mediante el cual se le permite a alguien tomar una determinada acción concreta. Este tipo de circunstancia se vincula con el hecho de que existe para algunos individuos una falta de potestad para la toma de determinadas decisiones que podría tener algún grado de efecto en terceros. Las autorizaciones tienen vigencia sobre todo en determinadas estructuras organizacionales que tienen un fuerte componente jerárquico. Así, por ejemplo, cuando un individuo de poco peso en una jerarquía determinada busca tener algún tipo de acción que afecte a toda la organización, el mismo debería tener la validación de sus superiores.
Un ejemplo claro de autorización puede darlo el ámbito escolar. Así, en este contexto, las autoridades de una determinada institución educativa requieren en muchas oportunidades de la autorización de los padres para efectuar diversos tipos de acciones. En efecto, la potestad de disponer de un menor está depositada en sus progenitores o en un tutor legal y es desde esta perspectiva que son estos adultos los que deberían tomar alguna decisión que afectase en alguna manera el comportamiento de los menores. Algunos ejemplos en este sentido pueden ser la necesidad de recurrir al consentimiento de los padres para desplazar al menor o para que tengan acceso a determinado tipo de contenidos.
El concepto de autoridad, no obstante, está muy vilipendiado hoy en día. Esto no significa solo que esta se reconozca poco, sino que en los casos en los que se dice reconocérsela, en realidad se lo ve de una manera distorsionada. La autoridad debe entenderse en función de la posibilidad de realizar un bien y no en la posibilidad de realizar un mal. Así, cuando se busca la autorización de alguien debe ser en la medida en que esa persona tiene una perspectiva y una influencia en sus acciones que son más propias para la situación concreta que se experimenta.
Así, como existen determinados contextos en los que se hace necesario el requerimiento de una validación de parte de un superior, también existen contextos en los que un individuo debe dejar de lado esta instancia. En efecto, existen determinados escenarios en donde la dilación de una toma de decisiones tiene una consecuencia tan negativa, que es mejor evitar el pedido de una autorización, aunque el escenario sea crítico. En este contexto se hace imperiosa una rápida toma de decisiones y es desde esta perspectiv aque debe entenderse tal proceder.