La autoimagen es la valoración que tenemos en relación con nosotros mismos. No se trata de una valoración basada en el aspecto visual de nuestro cuerpo, sino que es una estimación global sobre quiénes somos desde nuestro propio punto de vista.
Sócrates es un filósofo griego que, entre otras reflexiones, es recordado por una idea: conócete a ti mismo. Se trata de una propuesta muy sugerente, porque sólo si tenemos un conocimiento válido sobre nuestra individualidad podremos tener la estabilidad anímica que todo individuo anhela.
Hay planteamientos de corte espiritual ( por ejemplo, el budismo ), propuestas filosóficas o psicológicas que dan una especial importancia a la idea de tener una sincera autoimagen. Esto implica conocerse y, por lo tanto, establecer un diálogo con nuestro interior, con el conjunto de ideas, motivaciones y sentimientos que albergamos en nuestra mente. Se trata de un ejercicio intelectual complejo y laborioso. Para ello, cada disciplina propone algún tipo de técnica: la meditación, la introspección, el análisis crítico o incluso algún tipo de terapia como el psicoanálisis.
En cualquier caso, se considera que una autoimagen con una buena valoración en conjunto es la base de la autoestima personal. De esta manera, autoimagen y autoestima serían conceptos correlativos, puesto que nos vamos a valorar positiva o negativamente en función de cuál sea el análisis previo que hagamos sobre nuestra personalidad.
La autoimagen es una idea que depende de varios elementos. El factor emocional en la infancia es indudablemente uno de los aspectos esenciales. Pero también hay otras cuestiones que pueden intervenir: el contexto social, la formación y la cultura o el apoyo que podamos recibir de los demás.
Aunque el ser humano vive en sociedad y no de manera aislada, también se encuentra con una realidad: tiene que relacionarse consigo mismo y el tipo de relación que cada uno tenga será determinante para la felicidad personal.
Para expresar el concepto de autoimagen de manera gráfica, se podría decir que es un selfish de nuestro interior. Esta «fotografía» no es definitiva, sino que va cambiando con el tiempo.
En las últimas décadas ha surgido un género literario muy relacionado con la autoimagen, los llamados libros de autoayuda. Todos ellos tienen algo en común: ofrecen pautas y estrategias para que podamos mejorar la relación más importante de nuestra vida, la que mantenemos con nosotros.