La asepsia es una condición que remite a la ausencia de contaminación con gérmenes que pudieran desencadenar una infección. Es un término empleado especialmente en el ámbito de la medicina para referir a las condiciones en las que deben estar los instrumentos a la hora de tratar a un paciente. Para llegar a estas condiciones requeridas por la práctica médica, se procede a llevar a cabo una serie de acciones que buscan la eliminación de toda posibilidad que genere una infección. Así, suelen tomarse medidas que implican desinfección y antisepsia, siendo el primero un procedimiento relativo los elementos y el segundo un procedimiento relativo al paciente.
Como es sabido, nuestro entorno contiene microorganismos que conviven con nosotros, como por ejemplo bacterias o virus. La mayoría de las veces, los mismos están incapacitados de afectar nuestra salud debido a las defensas que el cuerpo genera para su protección. No obstante, cuando una persona se encuentra enferma, la posibilidad de que algún germen afecte al organismo es mucho mayor. Es por ello que los hospitales deben mantener el ambiente limpio de cualquier agente que pueda generar una complicación en las personas. Para que este fin se pueda llevar a cabo existen diversas medidas debidamente establecidas a las que los enfermeros y médicos pueden recurrir con fiabilidad.
En el caso de los instrumentos utilizados, los mismos pueden despojarse de elementos peligrosos mediante medios físicos o químicos. En el primer caso se puede hacer uso de distintos medios de aplicación calor, ya sea húmedo o seco; en el segundo pueden aplicarse distintos gases como formol o líquidos como gutaraldehido. En cuanto a las salas, las medidas adoptadas guardan relación con una diaria limpieza de las mismas con algún líquido desinfectante. En este sentido, la rutina es de enorme importancia y es por ello que cada elemento debe ser debidamente atendido.
Finalmente, cabe señalar que el paciente debe recibir por su parte una atención similar en lo que respecta a higiene. Esto es especialmente cierto cuando el mismo se someta a una intervención quirúrgica. En este caso se debe aplicar una limpieza completa y se deben emplear antisépticos que dejen de lado la posibilidad de que existan microorganismos en la zona en donde se llevará a cabo la intervención. Como vemos, los esfuerzos para mantener las condiciones de asepsia son mayúsculos en lo que respecta al tratamiento de personas enfermas, los mismos son críticos en este contexto.