El arte moderno es el arte surgido durante fines del siglo XIX hasta la actualidad, arte que se caracteriza por un cuestionamiento a los conceptos tradicionales de belleza. El arte moderno en este sentido valora distintos tipos de experiencia que lo alejan en buena medida de una búsqueda de una belleza abstracta; buscará ante todo representar todas las experiencias que la cotidianidad tendría en el contexto de una nueva sociedad. Una expresión cabal de esta tendencia puede encontrarse en las vanguardias, búsquedas artísticas experimentales que tuvieron fuerte intento de ruptura y hasta de transgresión. La influencia de las vanguardias todavía puede rastrearse en nuestras obras, sobre todo encontrando vestigios del surrealismo.
Durante mucho tiempo el arte tuvo como su máxima la búsqueda de la belleza. Esto implica tomar dodo lo que es deseable y considerado bueno por el hombre. Desde la antigüedad hubo un culto por la simetría, el orden y la armonía; en suma, todo lo que generaba placer para los sentidos, placer entendido con cierto grado de sublimación. Con el arte moderno, todas estas valoraciones y tendencias quedan puestas en duda, privilegiándose otras experiencias que podrían generar cierto grado de perturbación. Esto se fundamenta en buena medida en un intento de acercamiento a las nuevas experiencias que se observaban en la sociedad.
El arte moderno es en buena medida hijo de los profundos cambios que se experimentaron como consecuencia de la revolución industrial, cambios que implicaron un inmenso impacto en la sociedad y en la economía en general. En este contexto, las artistas buscaron dar cuenta de esa nueva realidad, dejando los viejos recursos de lado e intentado generar los propios. Es desde esta perspectiva como se comprende el carácter experimental del arte moderno. En la arquitectura, esta tendencia se enfocó en el alejamiento de las formas antiguas, buscando estructuras que reflejen el desarrollo que experimentaba el nuevo paisaje urbano; en la literatura se buscó dar cuenta de la intimidad dejando de lado un discurso racional, apelando a diversos postulados del psicoanálisis, como por ejemplo el inconsciente; en la pintura comenzaron a prevalecer las formas que se alejaban de una representación mimética de la realidad, llegando a experiencias como el cubismo o arte abstracto.
Este tipo de arte todavía puede rastrearse entre nosotros. En buena medida puede decirse que carece de una tendencia troncal, de un cuerpo de postulados sólidos y permanentes. No obstante, es fácil de reconocer cuando hace su aparición por su carácter disruptivo, carácter que en ocasiones puede chocar.