Especialidad que analiza el comportamiento de los entes que interactúan en el espectro de actividad artística para definir la movilidad de ciertas variables que generan la estabilidad económica, siendo los personajes principales en este universo los artistas y los consumidores de las obras. La cultura está bastante involucrada en los asuntos económicos, es un influyente de hábitos de compra y decisiones de crecimiento que se transforman en inversión u ahorro, es por este motivo que el arte juega un papel relevante en variables como el desempleo y el consumo.
En este marco, el gobierno tiene una tarea esencial a nivel de análisis, entendiendo el enriquecimiento cultural. Por ello, interviene en este ámbito como inversionista, aportando becas y apoyos a los artistas con el objetivo de crear una conciencia social que se ve reflejada en las relaciones con los demás y en resoluciones económicas que se encaminan al bienestar.
Resulta importante entender la diferencia entre el arte y el entretenimiento: mientras que el segundo tiene una funcionalidad comercial y de recreación, el primero se adapta en gran medida a la cultura, donde se busca implementar conocimientos para crear juicios de valor y comprender la vida de toda la diversidad de especies y elementos en el planeta, y a partir de esta modalidad se inicia un análisis con referencia a la geografía, al aprovechamiento de ciertos lugares en la producción y la preservación de la identidad. Dentro de la cultura se envuelven dos ciencias claves la antropología y la sociología, las cuales van de la mano con la economía.
El arte como industria
El arte también se llega a identificar por ciertos críticos como una industria, las obras se venden y se exponen al público para que el artista viva y pueda seguir produciendo. Así, se percibe y califica una obra como un producto, el cual tiene un gran valor de cambio debido al trabajo intelectual y manual con el que fue creado. A partir de esta cualidad, y del mercado existente, existen transacciones de diversos montos en pinturas, artesanías, esculturas, piezas musicales y teatrales, con las que se generan millones de empleos, y no solo eso, a veces las balanzas comerciales se estabilizan cuando el arte se contabiliza en las exportaciones; en economías emergentes la cultura está representada fuertemente en productos artísticos, hechos por comunidades oriundas o por el uso de productos de carácter nacional.
Inclusive, existe un mercado virtual para el arte con las mismas características que los mercados financieros, donde la tecnología juega un papel determinante.
Otro elemento clave, es la racionalidad, tal como lo es en las finanzas conductuales, donde los factores del conocimiento incitan a las personas a realizar compras de arte, obras que inspiran y emocionan dando como satisfacción. Además, cada pieza es invaluable porque es única, no existe otra como ella, esto es por lo que se aprecia como un gran negocio.
Factores clave que se movilizan en la economía del arte y la cultura
El arte es liberador por su naturaleza. De este modo, a partir de la incursión a este en las políticas se incrementa el intelecto y la racionalidad, logrando una conducta positiva dirigiendo acciones para mejorar el entorno en el que se desarrolla el ser humano. Estos cambios en la economía se pueden segregar de la siguiente forma:
– Desarrollo económico. Visto particularmente en especial en economías emergentes, se torna una fuente necesaria en la que el estado se involucre promoviendo el arte y la cultura como una acción preponderante en las políticas enfocadas al progreso.
– Función integradora. A partir de la cultura se genera una integración de la sociedad en todos los aspectos sociales y económicos.
– Motor de Empleo. No solo artistas, sino todo lo que conlleva la pre, producción y post de las piezas; además de ello, la inversión en nuevas tecnologías para la creación de obras.
– Exportaciones e importaciones estables. Esto, gracias a la alta demanda por piezas artísticas o factores culturales, como artesanías, piezas arqueológicas y demás.
– Intercambios culturales. Se visibiliza en el exterior una muestra de lo que se produce localmente, y con ello se incentiva la inversión artística-cultural con capitales extranjeros, aportando a las reservas.