Apatía es un concepto que procede del griego y está formado por el prefijo a, que significa sin, y pathos, que quiere decir emoción. Es un término que expresa la indiferencia hacia lo que nos rodea, el sentimiento de pasividad, de falta de energía. Quien siente apatía no tiene ganas de actuar y se encuentra desmotivado.
En nuestro idioma hay muchas palabras que pueden actuar como sinónimos de apatía: tristeza, melancolía, pasividad, tedio, desinterés, desidia o inacción.
Esta palabra comparte la misma raíz que otras (empatía, antipatía, simpatía o patología), las cuales comunican algún aspecto vinculado con la emotividad, salvo el caso de patología, puesto que pathos también quiere decir enfermedad.
Al hablar de la apatía podemos hacerlo desde varias perspectivas: desde un planteamiento filosófico, el punto de vista religioso o como un rasgo psicológico.
Algunos planteamientos filosóficos de la antigüedad (por ejemplo la filosofía estoica) defendían que la actitud adecuada para evitar el sufrimiento debía ser la apatía, ya que al no sentir apego hacia las personas o en relación con lo material existe una tranquilidad de espíritu. La apatía estoica significaba una postura ante la vida o, dicho en otras palabras, es una manera de reducir las pasiones para que éstas no influyan negativamente sobre nosotros y de esta forma ser plenamente libres y felices.
El Cristianismo ha sido especialmente crítico en relación con la apatía, ya que es una actitud vital que distancia al hombre de sus obligaciones y de Dios. Hay que tener en cuenta que la religión cristiana defiende precisamente el compromiso individual y esta postura es totalmente contraria al comportamiento apático.
La psicología se ha ocupado de la apatía como un síntoma que, en algunos casos, puede desembocar en una depresión. Si alguien dice que tiene un mal día puede afirmar que «se encuentra apático», pero si este estado de ánimo es habitual es probable que estemos hablando de un estado depresivo. Desde algunos planteamientos psicológicos la apatía ha sido considerada como un mecanismo de defensa, una estrategia inconsciente para reducir el malestar que se padece.
Hay situaciones muy concretas relacionadas con la apatía. Una de ellas es la astenia primaveral, un ligero trastorno que ocurre en esta estación del año y que se caracteriza por una serie de síntomas: debilidad, sensación de cansancio y abatimiento psíquico, siendo todos estos rasgos los que definen precisamente el estado de apatía.