- 23/08/1943
- 1946
- 1973
- 1976
- 10/09/1987. Muerte
- 2011. Post-mortem
- 2020. Post-mortem
Nació en el municipio de Ingeniero Luis A. Huergo, en la provincia de Río Negro, como Olga Elisa Paine.
Tenía ascendencia mapuche, el pueblo indígena más voluminoso y emblemático de América del Sur, especialmente en las zonas centro y sur de Chile y de Argentina.
Habría sido, porque no hay documentos que puedan certificarlo, nieta de uno de los caciques tehuelches más importantes.
Las leyes vigentes al momento de su nacimiento prohibieron que pudiese ser anotada con un nombre mapuche, por lo tanto, la llamaron legalmente Olga Elisa.
Con tan solo 3 años, su destino cambió drásticamente cuando su madre abandonó el hogar, y su padre no pudo afrontar su crianza ni la de sus hermanos.
Fue enviada a un orfanato religioso en la ciudad de Mar del Plata, donde a través de su ingreso al coro de canto gregoriano, nació su pasión por la música y el canto.
Fue adoptada por un abogado y su esposa, quienes le brindaron una formación orientada a lo musical al observar sus condiciones e interés por la música.
Cuando creció decidió ir en búsqueda de su identidad, de su historia personal a su provincia natal.
Buscó a su familia, cambió su nombre, y a pesar del terror que empezaba a impartir la dictadura, se las rebuscó para producir un repertorio que facilitase el conocimiento y la difusión de la música mapuche en la Argentina.
Ingresó al coro polifónico nacional por concurso y cantó en él, con el registro de soprano, durante cinco años.
En uno de los encuentros internacionales con colegas advirtió que su patria era la única que no había preparado un repertorio autóctono.
Esta situación le hizo replantearse un sinfín de cuestiones personales, entre ellas, la necesidad de regresar a sus orígenes y generar una propuesta artística desde la cual poder, no solamente difundir y defender sus orígenes y la identidad mapuche, sino también hacer un aporte a la cultura de su patria.
Consideró que debía ser la portadora de un mensaje a favor de la inclusión de las minorías indígenas tan bastardeadas por el estado.
Dejó el coro y viajó a su tierra natal para reencontrarse con sus orígenes. La conexión con la comunidad mapuche fue instantánea y terminó por girar en 360° el rumbo personal y profesional de su vida.
A instancias de su carrera artística, y con el claro objetivo de reivindicar sus derechos y raíces, utilizó como seudónimo artístico el nombre que originalmente debía haber llevado: Aimé, que significa “atardecer rojizo”
Se la considera una pionera en la difusión de la música de sus ancestros, pero también lo fue de la cultura y costumbres mapuche-tehuelche; en sus presentaciones en vivo, por ejemplo, vestía la ropa tradicional, y sus interpretaciones musicales estaban acompañadas de instrumentos característicos, cascahuillas, trompe, kultrun, kull kull y trutruca.
Las letras de las canciones, asimismo, manifestaban parte de la historia de estos pueblos indígenas.
Falleció en la capital paraguaya de Asunción, a los 44 años, tras padecer un aneurisma cerebral, mientras realizaba unas grabaciones musicales.
Hasta el último respiro estuvo perdidamente enamorada de Ángel, un santafecino con el que mantuvo una larguísima relación de amantes. Según trascendió, ese vínculo la hizo muy feliz y desdichada a la vez, porque él jamás dejó a su familia para formar la vida en pareja que ella tanto hubiese querido tener con él.
Gran parte de su vida y obra fue reseñada y popularizada a través de la biografía que le dedicó Cristina Rafanelli, quien la conoció en 1979 cuando era redactora de la publicación Expreso Imaginario.
La autora descubrió en ella a una artista que para el público en general fue una desconocida, pero que antes de fallecer tan intempestiva y tempranamente, dejó un legado musical único, a través del cual transmitió la cultura de su pueblo y también dejó asentada la fabulosa búsqueda por su identidad y por defender los derechos de las minorías silenciadas.
Se publicó una edición ampliada de la biografía de Rafanelli: “Aimé Painé, la voz del pueblo mapuche».