La palabra adolescencia viene del latín y literalmente quiere decir comenzar a crecer. Es un periodo de la vida humana, una etapa que está situada entre la pubertad y la madurez. De manera general la vida de un individuo puede dividirse en los siguientes etapas: infancia, adolescencia, madurez y vejez. Se trata de una clasificación que obedece a razones fisiológicas, pero también de índole psicológico y cultural.
Cambios físicos y psicológicos en la adolescencia
La adolescencia va acompañada de una serie de cambios fisiológicos. Los chicos desarrollan su musculatura, la voz es más grave y hay una maduración genital. Las chicas tienen un crecimiento en sus glándulas mamarias, acumulan grasa en algunas zonas de su organismo e igualmente tienen un desarrollo genital. Los cambios físicos que experimentan tienen una influencia significativa en el aspecto psicológico. Así, chicos y chicas adolescentes manifiestan una serie de rasgos característicos. Otorgan una gran importancia a su aspecto físico. Manifiestan vínculos estrechos con su grupo de amigos. Pueden tener problemas de autoestima y conflictos con sus progenitores. Hay una tendencia a vivir nuevas sensaciones. En líneas generales, el adolescente se encuentra en un momento de transición física y psicológica, ya que ha dejado de ser un niño pero todavía no es un adulto.
Los cambios físicos y psicológicos que se experimentan en la adolescencia tienen una relación con la sexualidad. De hecho, el adolescente experimenta un impulso sexual de cierta intensidad y este aspecto influye en sus relaciones personales. Prueba de ello, es el índice de embarazos en chicas adolescentes, un problema social que no se ha solucionado a pesar de las campañas de prevención y concienciación.
Cultura en la adolescencia
Desde una perspectiva cultural hay que recordar que tradicionalmente la adolescencia ha sido un momento clave en la mayoría de civilizaciones. En muchos pueblos, el adolescente debía demostrar sus cualidades masculinas a través de algún ritual de iniciación y si era una chica debía someterse a alguna prueba para demostrar su feminidad o su rol social en una comunidad. Estos rituales se mantienen en ciertos grupos minoritarios o en algunas religiones (en el judaísmo los chicos y las chicas realizan una ceremonia en la que se simboliza la entrada en la edad adulta).
La mayoría de rituales y ceremonias han perdido en gran medida su valor tradicional. Sin embargo, algunas prácticas que actualmente se realizan (por ejemplo, la iniciación al alcohol) tienen un componente simbólico evidente.
La cultura de la adolescencia está presente en la vestimenta y en la moda, pero también en la música y en los valores.