La persona o la entidad que tiene un cierto poder sobre alguien puede ejercerlo de maneras distintas. En este marco, tiene la opción de mandar y al mismo tiempo adoptar una actitud respetuosa con la persona que tiene que obedecer.
Por el contrario, tiene la opción de imponer su voluntad sin ningún tipo de respeto hacia el otro. Cuando esto último sucede, se trata de un abuso de poder.
La idea de abuso de poder se manifiesta en cualquier esfera de la sociedad, como la familia, las relaciones laborales o la política. La figura de la cabeza de familia, el empresario o el líder político tienen algo en común: todos ellos tienen un cierto poder y en ocasiones lo imponen de manera abusiva.
En la familia
Unos padres tiránicos e inflexibles que no quieren escuchar las inquietudes de sus hijos están abusando de su poder. Este tipo de actitudes es considerado como algo inapropiado en la actualidad.
Durante siglos el sistema patriarcal ha permitido que el hombre ejerza su voluntad con total libertad sobre sus hijos y su esposa.
Este modelo se ha suavizado significativamente y el conjunto de la sociedad rechaza los abusos de poder tradicionales (la mujer que recibe órdenes del marido o las hijas que son obligadas a contraer matrimonio en contra de su voluntad).
En las relaciones laborales
Quien tiene un cargo de responsabilidad en una empresa debe coordinar un grupo de personas con un rango laboral inferior. Esto implica dar órdenes y que estas se cumplan.
En algunos casos este modelo empresarial es interpretado erróneamente y el jefe actúa de manera irrespetuosa sobre los subordinados. En este sentido, el acoso laboral es un claro ejemplo de abuso de poder.
El sistema esclavista en cualquiera de sus modalidades es el paradigma de abuso de poder en las relaciones laborales. Hay que tener en cuenta que el esclavo no elige su condición de individuo sometido a la voluntad de otro y, en consecuencia, su situación personal está asociada a alguna forma de abuso de poder (el castigo físico, la coacción o la ausencia de derechos son las características principales del sistema esclavista).
En la política
Algunos sistemas políticos se han basado en gran medida en un cierto abuso de poder. Esto ha sucedido con la monarquía absoluta, el colonialismo, el fascismo, el comunismo o el régimen feudal en la Edad Media.
En los países democráticos no existe, en principio, la posibilidad de ejercer el poder de forma despótica. Sin embargo, algunos líderes elegidos democráticamente han propiciado todo tipo de abusos sobre la población.