La vocación es la inclinación natural que una persona tiene a realizar determinadas acciones en su vida social. La vocación viene de una expresión latina que remite al llamamiento, como si la inclinación de realizar una determinada actividad fuera una proviniese del exterior. Al respecto, existen numerosos exámenes y cursos que permiten establecer aquella tendencia hacia la que una persona se orienta desde el punto de vista del trabajo y el estudio.
La vocación se va descubriendo a lo largo de la existencia, con la visibilidad de las tareas que más le provoca placer desempeñar a una tarea. Esta circunstancia puede ser poco clara al principio, por lo que al llegar a una edad adulta suelen realizarse evaluaciones vocacionales que tienen como intención develar partes de la personalidad conjuntamente con estas inclinaciones y así dar una orientación a cada persona sobre el trabajo o área laboral que es mejor desarrollar.
Las tareas que los niños suelen desempeñar con mejor probidad y mayor placer son probablemente las que luego servirán de base para el desarrollo de una vocación. No obstante es importante señalar que para que una determinada afición se desarrolle en el futuro como una actividad laboral, esta debe empezar a orientarse no solo al placer propio, sino también al beneficio ajeno. Así, existe un pasaje de lo que podría ser una actividad meramente individual y para el provecho propio al desempeño de un servicio a terceros.
Es importante considerar que el seguimiento de la vocación puede evitarse. Esto tiene consecuencias en la consideración religiosa, pero también en la más secular. Evitar el camino que es aquel con el quena persona se siente a gusto puede entrañar dificultades de autoestima y no estar completamente enfocado en el trabajo que se realiza, circunstancia que derivará inexorablemente en una peor calidad en este. Es por ello que se hace una necesidad tomar el tiempo que sea necesario para descubrir cuál es la mejor orientación que debemos dar a nuestro desempeño laboral, y si es necesario, acudir a un profesional.
Finalmente, si luego de muchos años, una persona se siente a disgusto con lo que está haciendo y decide replantearse esa circunstancia, buscando esa actividad que le resulta mejor desempeñar, es lógico que afloren las dudas sobre si es conveniente torcer el rumbo que se siguió por tanto tiempo. No obstante si aflora clara la idea de que otra actividad será la mejor, es importante seguirla.