Todos los conocimientos, ciencias y disciplinas teóricas y prácticas necesitan ofrecer una estructura general y una serie de ramas específicas. Esto supone una clasificación detallada de cada ámbito. Y para realizar dicha clasificación es necesario agrupar los casos particulares dentro de una tipología. Así, la idea de tipología viene a ser una forma de ordenar cosas diferentes mediante aquello que tienen en común. Pongamos como ejemplo una idea concreta: un grupo de jóvenes son clasificados para hacer deporte según su morfología o tipología física. Este criterio de clasificación tiene una razón de peso: las características individuales de cada persona encajan en un deporte mejor que en otro.
Una reflexión sobre la idea de tipología
Tipología es un concepto general y es aplicable a cualquier aspecto de la realidad. Un automóvil es de un tipo u otro y lo mismo sucede con cualquier objeto o idea.
El pensamiento abstracto tiene una característica: explica lo individual entendiéndolo como parte de un conjunto, es decir, de una tipología más general. Si estudiamos los triángulos en su conjunto, podemos agruparlos en subdivisiones diferentes (equiláteros, isósceles, escalenos y rectángulos). En otras palabras, cada triángulo concreto se puede entender como ejemplo de una tipología u otra. Cualquier planteamiento científico incorpora en su estructura general el concepto de tipología.
Si pensamos en la palabra tipo hay otra palabra con idéntico significado, clase. Hay una necesidad racional de poner orden ante la inmensidad de casos particulares, por lo que cada caso forma parte de una clase. Esta necesidad ya la incorporaron los primeros científicos de la antigüedad (por ejemplo, Aristóteles hizo la primera clasificación de los seres vivos). Cualquier clasificación parte de la observación y posteriormente se va agrupando lo que se estudia teniendo en cuenta las semejanzas que aparecen entre cada cosa o especie particular.
La idea de tipología es dinámica y cambiante, ya que el mismo progreso del conocimiento va incorporando nuevas clasificaciones. En este sentido, la tendencia del conocimiento se dirige hacia una paulatina especialización
Pensemos en la oftalmología
Hace unos años el oftalmólogo trataba cualquier dolencia ocular pero el avance de esta disciplina provoca que el especialista tenga que especializarse en una tipología concreta de enfermedades del ojo (las refractivas, las específicas de la córnea o de la retina). Este ejemplo es ilustrativo de una idea general: el concepto de tipología depende del propio progreso teórico de cada disciplina.