Tintoretto fue el apodo con el que pasó a la historia el artista plástico italiano Jacopo Comin. Como el padre de Jacopo era tintorero recibió el apodo de Tintoretto que terminaría siendo su seudónimo.
Si bien su producción se llevó a cabo en el final del Renacimiento y entonces se la considera influida por las propuestas y los artistas de este tiempo, cabe destacarse, que introdujo algunas novedades como ser los efectos de luz y de sombra que serían una característica propia del movimiento Barroco, que continuó al Renacimiento, y por ende a muchos historiadores les gusta citarlo como un pionero de este.
Su nacimiento se produjo en Venecia, un 29 de septiembre del año 1518. Su padre descubrió sus capacidades artísticas y entonces acudió a uno de los referentes del arte en Venecia de aquellos años como es Tiziano, quien se convirtió en su primer maestro.
Entre las señas distintivas de sus obras se destaca el afán por representar las emociones en su máxima expresión y los efectos de luces y sombras.
Como no podía ser de otra manera en aquellos tiempos el tema religioso era casi excluyente en cualquiera de las producciones de la época y por supuesto Tintoretto no quedó al margen de ello.
Incluso una de sus obras más importantes y valoradas está vinculada a la obra de Jesús y de la Virgen María, dos de las figuras más representativas e importantes de la religión Cristiana.
A Tintoretto le encargaron la realización de una serie de pinturas para las paredes y los techos de la Scuola Grande di San Rocco que fue una asociación integrada por los vecinos de Venecia hacia finales del siglo XV y que tuvo como misión principal ayudar a todos aquellos ciudadanos que lo necesitasen en un contexto de plaga o epidemia.
Otra de sus obras más importantes es la representación de la última cena de Jesús. Si se la compara con la representación que de este momento hizo su colega Miguel Ángel se descubrirán los avances que la técnica pictórica vivió desde el comienzo del Renacimiento con respecto a su etapa final, que es en la que actuó Tintoretto. Hay menos simetría, más distorsión y drama en la presentación de la escena y las luces y sombras son las estrellas fundamentales del cuadro.
En el plano personal estuvo casado con la hija de un aristócrata de Venecia. La pareja tuvo una frondosa descendencia, incluso varios de sus hijos siguieron sus pasos artísticos.
Falleció de la enfermedad de peste, en el año 1594, cuando tenía 75 años.