El término griego télos expresa intención o finalidad, mientras que -logía, por logos, corresponde a la palabra, e -ismo indica un grado de investigación. En este sentido, la teleología es la rama de la metafísica que estudia los fines, es decir, los supuestos propósitos de algo o alguien. Esta disciplina ha creado una corriente de pensamiento conocida como teleologismo.
En la historia de la filosofía y en la ciencia
Para Aristóteles todo lo que ocurre en la naturaleza se puede explicar a partir de cuatro causas. Si aplicamos este criterio a la idea de hombre, el resultado sería el siguiente: 1) existe una causa material (la materia del cuerpo),
2) hay una causa formal (la estructura o forma del cuerpo),
3) existe una causa eficiente que ha provocado la unión de materia y forma (en este caso la causa eficiente serían los padres de un individuo)
4) todo hombre tiene una causa final, es decir, un sentido o propósito.
De las cuatro causas aristotélicas, la causa final fue determinante a la hora de explicar cuestiones como el movimiento o los mecanismos de la naturaleza. Con el finalismo como idea central, los seguidores de Aristóteles entendieron que todo puede explicarse conociendo el «para qué» de las cosas. Este planteamiento empezó a debilitarse con las propuestas de Copérnico y Galileo sobre la ciencia.
Si bien en la actualidad la ciencia no se pregunta el «para qué» de los fenómenos de la realidad, la visión del teleologismo se encuentra muy arraigada en la visión de la historia de la humanidad y en la mentalidad de muchas personas.
En la interpretación de la historia
Hay muchas maneras de entender la historia. Hay quienes la conciben como una simple sucesión de acontecimientos. En cambio, otros consideran que la historia de la humanidad está guiada por algo. La visión teleológica de la historia fue defendida por el filósofo Hegel.
Según su concepción, los acontecimientos que se van sucediendo expresan en el fondo un anhelo de libertad del espíritu humano.
Un planteamiento muy común en la vida cotidiana
Hay personas que consideran que están en este mundo «para algo». Esto implica que de alguna manera creen que hay una especie de plan para ellos y que su misión en la vida es realizar dicho plan lo mejor posible. Este tipo de creencia es teleológica, ya que presupone que la vida de las personas está orientada hacia un objetivo. Para algunos, dicho objetivo o fin puede ser de carácter espiritual y para otros de tipo material.
En cualquier caso, se trata de una idea muy extendida y con cierto atractivo (no es lo mismo afirmar que tenemos un fin en la vida que decir que estamos aquí sin ningún propósito). Sin embargo, hay dos formas de entender el telos vital: un individuo crea su propio objetivo o, por el contrario, considera que su objetivo no depende de él sino de una fuerza superior que le impulsa hacia una dirección u otra.