El subempleo remite a una situación en la que una persona trabaja pocas horas, estando disponible como para tomar una mayor cantidad de las mismas. El subempleo puede entenderse como una situación de precariedad laboral por el hecho de que existe una clara limitación para el empleado en lo que respecta a su situación laboral. El subempleo es una situación indeseable para cualquier economía si el mismo está excesivamente extendido. En efecto, esta condición es asimilable a una gran limitación en recursos empleados por el hecho de que el trabajador está interesado en hacerse responsable por una jornada competa como para satisfacer sus necesidades.
El subempleo puede ser una condición aceptable para una persona que requiere de tiempo para otras actividades y puede vivir con el dinero percibido. Por ejemplo para una persona joven que estudia y tiene el apoyo de sus padres puede ser tolerable hasta cierta medida. No obstante para un profesional o para una persona que ya tiene una cierta edad en el mercado, el subempleo es realmente una situación complicada que busca subsanar rápidamente. En efecto, dado que las horas trabajadas son escasas, así de escasa será la remuneración final, remuneración que la mayoría de las veces es insuficiente para poder vivir y desarrollarse.
El subempleo también implica un problema para el estado porque significa un menor ingreso en concepto de aportes. Cuando dicho subempleo además es en negro, el problema se agrava mucho más. Es por ello que deben existir políticas que promuevan el trabajo de los individuos, políticas como por ejemplo tener una baja carga en aportes para el primer empleo, para personas de una determinada franja etaria, etc. En cualquier caso, a pesar de la reducción de los aportes, el estado obtendrá ingreso por un mayor consumo y actividad económica. No obstante, como cabe imaginar, cada economía tiene sus propias características.
Desde el punto de vista de la persona que busca buenas condiciones laborales, es importante una formación continua, formación que no obstante debe estar hecha a conciencia. En efecto, de nada sirve formarse en temas en los que existe poca demanda, es mejor hacer un balance de lo que se ofrece en el mercado educativo y optar por tópicos que sean necesarios desarrollar en la sociedad. En este sentido, cabe señalar que existe una clara limitación en lo que respecta a comprensión del mercado de trabajo, hecho que lleva a veces a terribles frustraciones y pérdida de tiempo.