- 11/1494
- 30/09/1520
- Gestión política y militar
- 1521 – 1526
- 1553
- 1566
- 06/09/1566
Nació en Trebisonda (actual Turquía). Hijo de Ayse Hafsa Sultán y de Selim I “el severo”. Se lo llamó Solimán Khan.
Desde temprana edad se sometió al rigor de su padre que lo preparó para cumplir efectivamente con su deber futuro: sultán del imperio más grande de aquellos años.
Recibió una formación militar y cultural.
Asumió como sultán tras la muerte de su padre Selim I. Tenía 26 años. Recibió los títulos de Príncipe y Señor de la Feliz Constelación, Sello de la Victoria, César Majestuoso y Sombra del Omnipotente, entre otros.
Durante su gestión se produjo una encomiable actividad legislativa y reformista que tuvo como principal objetivo organizar y afirmar el poderío del vasto imperio.
Estableció como base un estado centralizado.
Promovió reformas en el sistema feudal que regía al imperio; fundó escuelas para educar satisfactoriamente a su pueblo; fue implacable con la corrupción de sus funcionarios; y se ganó el apoyo de la población aplicando bajas tasas impositivas.
Fue un férreo seguidor del Corán, y por tanto, en materia de religión, la legislación que propició, estuvo absolutamente impregnada de las proposiciones de este libro sagrado.
A diferencia de su progenitor que sobresalió por su rigurosidad y crueldad en el ejercicio del poder, él, privilegió la paz, el amor, la justicia y se rodeó de amigos y de su familia.
La influencia de su esposa Roxelana (Haseki Hürrem Sultán, una esclava devenida en emperatriz, con quien tuvo seis hijos) en las cuestiones de gobierno fueron creciendo con el correr del tiempo y terminaron por desviarlo de ese camino de estadista que construyó: ejecutó a su visir más apreciado y a su hijo más querido (Mustafá), convencido por ella que conspiraron contra él junto con los cristianos y persas.
Desplegó un activo e importante rol de primera dama del imperio: propició la construcción de escuelas religiosas, hospitales de mujeres y en la decisión de temas locales e internacionales relevantes.
Residió en el palacio de Topkapi, ubicado entre el Cuerno de Oro y el mar de Mármara. Dicha residencia real no solamente fue la casa de los sultanes sino el centro administrativo y de gestión del imperio, entre los siglos XV y XIX.
Amante del lujo, no solo estuvo rodeado de él, sino que lo vistió: vestidos de oro decorados con perlas y diamantes y su turbante estaba conformado de varias capas de tela muselina de las que se prendían plumas de garza real que simbolizaron las regiones del mundo que estaban dominadas por él.
Apoyó y favoreció el trabajo de muchos artistas e intelectuales lo que posibilitó el avance cultural y artístico durante su gobierno. Impulsó el establecimiento de una literatura nacional.
Para empoderar el poder militar de su imperio reguló y fortaleció al popular cuerpo de infantería conocido como jenízaros.
Lideró y participó activamente de cada una de las guerras que libró su Nación.
Destacó por adiestrar disciplinadamente a sus tropas y por su habilidad de negociación.
Su principal deuda consigo mismo fue no haber podido doblegar al Imperio Romano germánico
Conquistó Belgrado; tomó Rodas; ocupó Buda, capital de Hungría y salió victorioso en la Batalla de Mohacs.
Mandó a asesinar a su primogénito Mustafá, por orden su esposa Roxelana, que quiso evitar a toda costa que fuese su sucesor; lo convenció de una presunta conspiración de Mustafá en su contra. Ella quería que uno de sus hijos fuese el sucesor y lo logró.
Comenzó otra campaña militar sobre Europa y se enfrentó a Maximiliano de Habsburgo, en el marco de una avanzada edad y debilidad física. Padeció gota e hidropesía, sin embargo, participó de las batallas con todas las fuerzas que poseyó.
Murió tras sufrir un ACV. Tenía 71 años.
A lo largo del mes que siguió a su muerte, sus ministros sostuvieron su presencia, e incluso, se llegó a disponer su cuerpo ya embalsamado en el trono, para eludir su ausencia.
Lo sucedió su hijo Selim II.