En la mitología griega, Sísifo, fue quien fundó y reinó en Éfira, tal como se llamó originalmente a Corinto, una de las ciudades griegas más importantes. Asimismo, se le adjudicó ser el promotor y protector de la navegación y el comercio.
Rey y fundador de Corinto, promotor y protector del comercio y la navegación
También algunas fuentes le atribuyen haber sido el padre del héroe mitológico Odiseo, lo habría concebido con Anticlea.
El mito del castigo de Sísifo
Sin embargo el acontecimiento que marca y destaca a este personaje mitológico es el castigo que ha protagonizado a instancias de las creencias y mitos griegos: transportar una piedra hasta la cima de la montaña y un poco antes de llegar a la misma, debe hacer rodar la piedra en dirección hacia abajo para volver a repetir la acción. Obviamente se trata de una acción que se le impone como castigo como consecuencia de su comportamiento ciertamente vil en muchos aspectos de su vida…
Sísifo supo ser un hombre que no disponía de buenas costumbres; se lo calificó de avaro y también de mentiroso y en muchas ocasiones para conseguir aquello que quería cometió ilícitos. Muchos de ellos gravísimos, como por ejemplo asesinar comerciantes y viajantes para quedarse con sus bienes materiales.
Justamente el castigo que se le impuso y que hemos descripto líneas arriba está en estrecha vinculación con este comportamiento que tuvo en vida.
Antes de morir le pidió a su mujer que no ofreciese el tradicional sacrificio que se le daba a los muertos, y una vez en el infierno donde terminó tras su muerte, mintió diciendo que su esposa no cumplía con este rito y hasta convenció a Hades, dios del Inframundo, para que le permitiese volver a la vida y castigarla. Hades aceptó pero fue engañado por este astuto personaje porque luego no quiso regresar al Inframundo. Y por caso es que se le impuso el castigo de la piedra y la montaña.
Por otra parte, es sabido que los griegos fueron unos cultores del juego y del deporte, en tanto, a Sísifo se le atribuye haber sido el pionero y fundador de los llamados como Juegos Ístmicos, porque se llevaban a cabo en el istmo de Corinto y en homenaje a Poseidón, dios de las aguas.