La sencillez es la condición por la que una persona o cosa determinada carece de adornos o complejidad cualquiera. La misma puede ser considerada una virtud en algunos contextos, sobre todo si hace accesible a las personas la naturaleza de algo o alguien. Lo expuesto da cuenta de que el término puede emplearse en una gran variedad de contextos, cada uno de los cuales puede ostentar un matiz o significación ligeramente diferente. No obstante, en términos generales es posible decir que el concepto deja entrever cierto cariz de despojamiento y falta de rebuscamiento en la condición de aquello a lo que se hace referencia.
Una persona que tiene sencillez, por ejemplo, remite a una personalidad carente de dobles intenciones y de trato franco. En general este tipo de características en un individuo son atractivas por el hecho de que generan con facilidad confianza. En efecto, son fáciles de tratar y muestran abiertamente sus intenciones, hecho que de alguna manera garantiza que se evitará cualquier sorpresa al respecto. En este sentido, puede decirse que la sencillez debe entenderse como una gran virtud, porque hace posible una mayor cantidad de vínculos que en algunos casos podrán redundar en un desarrollo personal de relevancia.
Cuando el término sencillez, en cambio, se aplica a alguna obra humana, por lo general se trata de indicar que la misma carece de detalles. En este sentido, el concepto alude a una cierta deficiencia en la ejecución de dicha obra, a saber, una cierta dejadez a la hora de brindarse en la misma. En el arte, por ejemplo, muchas veces el concepto de sencillez puede usarse de forma peyorativa, sobre todo cuando el mismo se realiza de una forma deficiente en lo que respecta al uso de recursos. No obstante, estas valoraciones dependen mucho del contexto al que se hace referencia.
En algunas ocasiones, la sencillez también hace alusión a una cuestión que requiere del accionar humano, sobre todo en lo que respecta a problemas. En este sentido, algo sencillo es algo que es fácil de solucionar, es decir que implica poco costo en su arreglo. La sencillez desde esta perspectiva daría cuenta de la existencia de capacidades que hacen fáciles las acciones a tomar. La situación antagónica a la descrita sería la de complejidad y daría cuenta de una problemática que requeriría enormes costos en cualquier sentido para resolverla. Desde esta perspectiva, el concepto de sencillez también es valorado positivamente.