Estas siglas se corresponden con Residuos Peligrosos Biológicas Infecciosos. Reciben esta denominación aquellos materiales o sustancias cuyos residuos tienen un peligro potencial para la salud. Los RPBI están sujetos a medidas de control por un doble motivo: garantizar la salud de la población y evitar problemas medioambientales.
Los RPBI están relacionados con el ámbito sanitario y requieren de unas medidas de seguridad especiales
La sangre y sus derivados, que no se almacena correctamente pueden causar enfermedades, como la hepatitis o el VIH. Algo similar sucede con los cultivos, ya que pueden inocular distintas patologías. Los tejidos y órganos de humanos y animales que son extirpados en las necropsias también forman parte de esta categoría.
Al margen de los residuos anatómicos, también hay toda una serie de materiales que deben desecharse, especialmente todos aquellos que han estado en contacto con la sangre o con los diferentes fluidos corporales (tubos, agujas hipodérmicas instrumento de sutura…). El material de laboratorio no forma parte de esta categoría, pero debe ser desinfectado o esterilizado.
En síntesis, cualquier microorganismo o material que pueda transmitir enfermedades debe estar integrado en un sistema de RPBI.
Todos los residuos deben ser envasados y tratados con estrictos criterios de seguridad
La eliminación de los RPBI no puede hacerse de manera improvisada y sin un protocolo de seguridad. Cada residuo tiene su correspondiente recipiente con un color específico. Los objetos punzantes se depositan en recipientes rígidos de color rojo. Los materiales de curación y los objetos desechables en bolsas de plástico rojas. Los tejidos humanos se depositan en bolsas amarillas. En cualquier caso, este proceso de almacenamiento es temporal.
El área de almacenamiento tiene que estar debidamente señalizada
Al mismo tiempo, es necesario que las personas que recogen los residuos tengan la capacitación necesaria y conozcan los riesgos asociados.
Los RPBI que han sido tratados y almacenados en un centro hospitalario tienen dos destinos. Aquellos que han sido tratados por un proceso de desinfección terminan en los recolectores de basura convencionales y los que no han sido tratados son enviados a un tipo de recolectores específicos.
Para facilitar todas las tareas relacionadas con estos residuos se editan guías especializadas donde se detallan todos los aspectos de interés: marco legal, tipos de residuos y su gestión, sistemas de vigilancia, capacitación profesional, trámites, etc.
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