- 26/03/1945
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- 05/2022
Nació en el municipio de Piedecuesta, perteneciente a la región de Santander, en el seno de una modesta familia de obreros
Se crio en el departamento de Santander donde es ampliamente conocido e hizo su abultada fortuna.
Estudió y se graduó como ingeniero civil.
Se casó con Socorro Oliveros, con quien tuvo cuatro hijos.
Laura Juliana Hernández, la mayor de sus hijas, permanece desaparecida, desde 2004 cuando tenía en ese momento 23 años, secuestrada por el Ejército de Liberación Nacional.
Amasó una colosal fortuna desde el negocio de la construcción de viviendas sociales, cuando Colombia se encontraba en una etapa crítica en este rubro.
Es dueño de la constructora HG.
Lanzó el Plan 100, que consistió en que la gente pudiese comprar su casa en 100 cuotas mensuales, que le debían pagar directamente a él. Es decir, no estaba la intermediación de un banco, él mismo financiaba y se ocupaba del cobro.
Incursionó en política, por primera vez, como concejal del municipio de Piedecuesta, cargo que ocupó hasta 1996.
Asumió como alcalde de Bucaramanga tras ganar la elección con casi 80 mil votos. Tuvo un paso bastante controvertido por dicha función pública.
Le dio una bofetada a un concejal opositor y si bien pidió disculpas por el exabrupto y la violencia, la procuraduría lo suspendió en el cargo por tres meses y tuvo que pagar una multa de 95 millones de pesos colombianos.
Fue denunciado por irregularidades en la contratación del servicio de recolección de basura.
Su gestión estuvo rodeada de curiosidades como la de transmitir desde la alcaldía, semanalmente, y vía Facebook, un espacio que denominó “hable con el alcalde”, a través del cual atendía las consultas, reclamos, e inquietudes de los vecinos.
Y ni hablar del atractivo que despertó en el electorado su personalidad pintoresca, rebelde, explosiva, polémica, bastante autoritaria, algo rudimentaria, y sin filtros. Este es sin dudas su gran activo y capital político.
Renunció a la alcaldía tras sumar varias polémicas, denuncias y más de una treintena de investigaciones disciplinarias en su contra. Argumentó ser un perseguido político.
Anunció su candidatura presidencial por la agrupación política Liga de Gobernantes.
Irrumpió en la escena política colombiana, bastante caldeada, por cierto, por el clásico enfrentamiento entre derecha e izquierda, con una propuesta que atacó a la corrupción y atrajo al electorado, harto de los políticos tradicionales, y que se advirtió como disruptiva y alternativa.
Desechó los debates y optó por el uso de las redes sociales, especialmente la popular TikTok, donde se hizo conocer como “el viejito de TiTok”,
Una de sus grandes innovaciones y aciertos fue presentar su programa político que incluye a través de sus redes: construcción de viviendas de bajo costo y una ciudad en pleno campo para los presos, recortes presupuestarios para achicar el déficit, suspender el uso de aviones y helicópteros para traslados presidenciales, eliminar embajadas y consejos innecesarios, baja de sueldo de los asesores, donar enteramente su sueldo de presidente, bajar el IVA y hasta se manifestó partidario de legalizar las drogas, en principio la marihuana.
Causó tremenda polémica cuando al hablar de dicha legalización comentó que en Colombia se produce la mejor marihuana y que su producción es una importante fuente de trabajo y de progreso para el pueblo colombiano.
A pesar de su bandera anticorrupción, él mismo enfrentó un proceso en el que se lo acusó de beneficiar a una empresa de recolección de residuos para su ciudad, e incluso, uno de sus hijos, estuvo involucrado en un caso de corrupción, por presuntamente cobrar una comisión millonaria.
Logró un notable 28 % de votos en la elección presidencial. Corrió de escena al candidato de derecha y del “uribismo” y amenazó el estatus quo del candidato de la izquierda Gustavo Petro, a quienes todos daban por ganador. Petro sacó un para nada despreciable 40 %, sin embargo, el oponente de Uribe pidió a sus electores que apoyen a Hernández.