El producto es lo que resulta de un proceso derivado de un estudio, planificación, producción y, finalmente, algo terminado que busca, en principio, un beneficio desde el punto de vista económico. Su finalidad es el que sea conocido y vendido. Esto si lo vemos estrictamente desde el punto de vista realista. Sin embargo, si profundizamos más en el término, nos daremos cuenta de que el producto no tiene que ser siempre algo físico, algo tangible.
Si bien es cierto que, hoy día, dentro de lo que es el mercado, cuando hablamos de productos hablamos de algo que se vende porque se quiere obtener un beneficio y porque hay una sociedad que lo demanda o se busca que lo demande, también hay que hablar de aquellos productos que, aun habiendo una remuneración económica de por medio, no son un bien que se pueda tener, guardar.
Un producto es cualquier cosa que queramos vender, pudiendo ser algo tangible o no
Lo que diferencia un producto de cualquier otra cosa es que ha de haber un intercambio económico entre alguien que lo vende y alguien que lo compra. Por otro lado ha de ser algo que tenga una utilidad, que no significa que sea necesario, porque en muchas ocasiones la necesidad de un producto se puede buscar.
Aunque en un principio, un producto se realiza para un fin concreto, en muchas ocasiones este mismo puede pasar a ser utilizado para otro tipo de finalidades que, en un principio, no se pensaron y que pueden ser útiles en otros usos. Un producto ha de ser también atractivo para el comprador. Es por ello que en la elaboración del mismo influye en, a la hora de la venta, el diseño, los colores, los materiales de los que está hecho, la seguridad o no del mismo, etcétera.
Cuando hablamos de productos nos referimos a una canción, objeto, idea, necesidad, etc…
Por supuesto, también tenemos que hablar de los productos que se venden desde el punto de vista alimentario. Éstos representan las mayores ventas que pueda haber. Existen infinidad de estos productos y que cubren todas las necesidades básicas de las personas y las que no son básicas. Cada día salen nuevos productos que intentan entrar dentro de los hábitos alimentarios de las personas, de las familias, empresas, etc.
Pero también existen otros productos, que actualmente se consideran como tal, y que, como indicábamos anteriormente, no son tangibles, pero si son útiles e importantes para el ser humano. Ejemplo de ello pueden ser los masajes, la psicología, etcétera. Estamos hablando de otro tipo de productos que, para ser más precisos, se refieren al conocimiento de la persona en ciertas materias, habilidades, ciencias, etc., y que, tras un periodo determinado de formación, lo utilizan para ayudar a otras personas, mejorar su vida, etc., a cambio de una rentabilidad económica. Es decir su producto es su propio conocimiento y la aplicación del mismo. Son profesionales de lo que saben y lo venden como tal.
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