Se denomina producción agrícola al resultado de la práctica de la agricultura. La producción agrícola es aquella que consiste en generar vegetales para consumo humano. Ha variado mucho a lo largo de la historia, lográndose mejoras significativas en la misma gracias a la implementación de diferentes herramientas y procesos. Desde el punto de vista social, la producción agrícola ha jugado un papel fundamental en las condiciones de existencia de la especie, generando como resultado una mejora es las condiciones de productividad. Hoy en día, la misma integra un gran componente tecnológico debido a los aportes de la genética, que posibilitan la existencia de cultivos resistentes a distintas plagas que antes podían estropear una cosecha.
La producción agrícola significó un cambio profundo en la sociedad vigente una vez que se instauró en el pasado remoto. Con anterioridad, los hombres debían vagar por la Tierra en busca de alimentos para consumir; una vez que se agotaban en un lugar por el mismo consumo o por las estaciones debían desplazarse a otra zona que ofreciese mejores condiciones de subsistencia. Esta situación se extendió por centurias hasta que, en el último tramo de la Edad de Piedra, en el Neolítico, el hombre aprendió a cultivar la tierra. Esta circunstancia posibilitó que se estableciese en un lugar fijo, en general zonas con cierto grado de fertilidad, hecho que facilitó el surgimiento de las ciudades. Además, desde el punto de vista económico significó un aumento de la productividad extraordinario. En efecto, antes cada hombre debía dedicar una cuota importante de su tiempo a proveerse de alimento; ahora solo algunos se dedicaban a esta tarea, mientras que otros se especializaban en otra, existiendo un incipiente proceso de división de las tareas. Finalmente, la existencia de producción agrícola permitió la existencia de excedente.
No obstante la importancia que tuvo en un momento de la historia, la producción agrícola significó en la última centuria una producción con poco valor agregado. En efecto, la misma requiere principalmente tierra, semillas y algunas técnicas para su puesta en marcha. Este hecho dio como resultado que sea la práctica principal de naciones subdesarrolladas. A pesar de este hecho, en la actualidad esta circunstancia está comenzando a cambiar. En efecto, el aumento de la población a nivel mundial y la perspectiva de que dicho proceso continúe en el futuro hace necesaria la provisión de alimentos como nunca antes. Dada esta circunstancia, la aplicación de diversas innovaciones tecnológicas de alto valor agregado se hace harto valorable. Así, por ejemplo, podemos ver cómo se desarrollan nuevas técnicas y tecnologías para sembrar y cosechar cultivos alterados genéticamente para ser más resistentes, pudiéndose obtener mejores rindes.