El pomelo es el nombre por el que se conoce al fruto del árbol pomelero (citrus x paradisi). En algunos países también se le denomina toronja. Es un cítrico de forma redonda y color amarillo cuyo sabor es predominantemente agrio, y que se consume preferentemente como jugo más que como fruta.
Muchos naturalistas sitúan el origen del pomelo como un híbrido producido de forma espontánea en las plantaciones del Caribe durante el siglo XII entre la naranja dulce y la pampelmusa.
Propiedades del pomelo
El pomelo es conocido por su alto contenido en vitaminas y nutrientes, así como por su poder diurético, lo que le ha llevado a ser un alimento habitual de muchas dietas de adelgazamiento. Su menor contenido calórico en comparación a otros cítricos, así como por su alto contenido en agua, dota a este fruto de una gran capacidad para provocar sensación de saciedad en el estómago.
En su composición nutricional destaca su elevada concentración de vitamina C, ácido fólico y carotenoides antioxidantes. A ello hay que sumar la presencia de minerales como el potasio y el magnesio, además de ciertos ácidos como el málico, el oxálico y el tartárico.
A pesar de ser apreciado por sus cualidades como complemento adelgazante, está totalmente desaconsejado utilizarlo como único ingrediente de una dieta, ya que este tipo de alimentación es totalmente desequilibrada y terminaría por provocar fuertes carencias nutricionales.
Contraindicaciones del pomelo
El consumo de pomelo se encuentra contraindicado para ciertas personas que están siguiendo tratamiento médico, ya que los flavonoides contenidos en este cítrico impiden que algunos medicamentos se eliminen correctamente tras su metabolización, acumulándose en el torrente sanguíneo. Esto lleva a que la dosis normal del medicamento tenga un efecto intensificado, pudiendo llegar en algunos casos a causar una sobredosis.
Entre los medicamentos en los que se ha comprobado que el pomelo puede interferir en su correcta eliminación se encuentran antihistamínicos, corticoides, antibióticos, ansiolíticos, así como medicamentos para el colesterol o la hipertensión entre otros muchos. Es por ello que las personas que estén siguiendo algunos de estos tratamientos deben consultar con su médico de cabecera si pueden incluir o no el pomelo en su dieta.
Un caso conocido de todo esto es el de los pacientes que siguen un tratamiento de quimioterapia, pues uno de los medicamentos que se incluyen más habitualmente, el docetaxel, se ve muy influenciado por el pomelo, pudiendo generar graves consecuencias al enfermo si no elimina el fruto de su dieta.