La economía es un tipo de conocimiento muy relevante, porque la actividad económica está presente en todos los órdenes de la vida. Casi todo se puede medir o evaluar en dinero, por lo que es necesario estar familiarizados con algunos conceptos pertenecientes a la ciencia económica.
PMA y PMC son las siglas de dos conceptos opuestos: Propensión Marginal al Ahorro y Propensión Marginal al Consumo. Los dos valores son la expresión de dos elementos: el ahorro y el consumo. Tanto uno como otro son factores esenciales en una economía familiar.
La PMA ( MPS en inglés ) es un índice que expresa el nivel de ahorro de alguien como resultado de un incremento en sus ingresos. Se trata de un dato relacionado estrechamente con el consumo, porque todo el dinero que no se emplea para el consumo, necesariamente se destina al ahorro.
La PMC es el incremento de la capacidad de consumo a partir de un aumento en los ingresos. Utilizando otras palabras, la PMC es un valor que indica la posibilidad de gastar más dinero en el caso de disponer de más ingresos.
Si alguien tiene unas ganancias mensuales fijas y recibe un aumento de sueldo, dicha cantidad adicional afectará a su capacidad de ahorro y a su capacidad para consumir bienes o productos. Lo que hacen los economistas es incorporar unas fórmulas para calcular cómo un incremento en los ingresos genera una variación en el comportamiento económico, lo cual se concreta en la PMA y en la PMC ( la tendencia al ahorro y la tendencia al consumo ).
Estas dos variables son medibles y tienen una relación concreta. De hecho, los economistas afirman que cuanto menor es la PMC, aumenta la PMA. Dicho con otras palabras, si hay mayores ingresos, éstos afectarán en menor medida al consumo y tendrán más influencia sobre el ahorro.
El ahorro y el consumo son dos pilares de la economía, tanto en su versión micro como macroeconómica. Y ambos conceptos se relacionan con un tercero, la inversión, porque sólo se invierte aquella cantidad que previamente ha sido ahorrada. Para que una economía prospere es necesario que haya un nivel adecuado de inversión y para ello hacen falta varios elementos: que haya ahorro, que el sistema financiero sea eficiente y que las empresas inviertan el dinero que les presta la banca y que a su vez ha sido ahorrado por otras personas.