Se denomina pertenencia a la circunstancia de tener un vínculo con alguna cosa o persona hasta tal punto de considerarse en sujeción con ésta. Así, es posible hablar de pertenencia a una nación, a un grupo social, a una familia, etc. La pertenencia suele considerarse a nivel formal como informal, esto es, puede tener algún tipo de estatus jurídico o ser una mera circunstancia ocasional. En el primer caso, puede hablarse de una relación de deberes y derechos que se mantienen vigentes en un lapso establecido de tiempo. Así, por ejemplo, la pertenencia a una empresa tiene relación con un cobro de dinero a realizarse cada cierto período de tiempo.
En muchas ocasiones, la pertenencia suele generar una serie de sentimientos de enorme fortaleza. Es el caso de los grupos íntimos, en donde la lejanía se siente como una terrible pérdida. Este tipo de situaciones informales suelen ser en muchas ocasiones las que mayormente pesan en la toma de decisiones que afectan la propia vida. Así, por ejemplo, la pertenencia a una determinada comunidad, como puede ser un país o una provincia, puede sentirse con tanta profundidad que una existencia alejada por circunstancias laborales hace que la nueva convivencia se torne imposible. En este sentido es claro y evidente que la pertenencia suele tener tantas vinculaciones con lo afectivo y psicológico como con lo exteriormente visible.
Se han visto muchas situaciones en donde esta circunstancia se hace en extremo patente. Así, por ejemplo existen serias evidencias de que los niños, más allá de los cuidados que necesitan de sus seres cercanos, tienen una notable sensibilidad al hecho de sentirse pertenecientes a un determinado círculo de afectos. En caso de que este falte las consecuencias en su salud pueden ser devastadoras, sobre todo a nivel psicológico. Con el paso del tiempo, si bien esta necesidad se atempera, nunca termina de desaparecer del todo, manteniéndose latente en mayor o menor medida.
En muchas ocasiones, las campañas publicitarias suelen manejar este tipo de necesidad latente en las personas para promocionar sus productos. En efecto, suele venderse no solo un bien o un servicio, sino también la idea de que su adquisición traerá aparejada la pertenencia a un determinado nivel social o cultural. En estos casos, se hace evidente la enorme importancia que tiene para el hombre el sentimiento de pertenecer, en la media en que es un medio eficaz como para desencadenar un determinado comportamiento de índole económica.