Es común escuchar la expresión «Eso es una verdad de perogrullo» o «¡Eso que dices es una perogrullada!». Seguramente todos hemos escuchado o nos han dicho alguna vez alguna de estas variantes en una charla. ¿Pero qué es a ciencia cierta lo que estamos diciendo cuando utilizamos estas expresiones?
Origen de la palabra: Pedro Grullo
La historia detrás de este insólito término tiene mucho que ver con la literatura y las leyendas españolas, siendo los primeros registros incluso de épocas medievales. Esto es así porque en aquellas épocas ya existían menciones a un personaje llamado Pedro Grillo (que luego se convertiría en Pedro Grullo), el cual al hablar expresa afirmaciones obvias como si hoy en día dijéramos: «El que llegue antes que nadie será el primero», «La luz es clara» o «La lluvia moja». De aquí, el personaje sigue apareciendo en otras obras y, aunque no es muy conocido hoy en día, es el que da nombre a la palabra que utilizamos en el lenguaje.
¿Qué es una verdad de perogrullo?
Como se dijo antes, una verdad de perogrullo es una expresión que hace afirmaciones que a todas luces son evidentes y que implican una redundancia. Este tipo de ideas es muy común en el lenguaje cotidiano, especialmente el oral, ya que el mismo es informal, desordenado, repetitivo e incluso en ocasiones tal vez no posea demasiada coherencia.
Las situaciones en las que solemos escuchar verdades de perogrullo son aquellas en las que el contenido de la conversación no es demasiado serio ni implica profundidad necesariamente. Así, las verdades de perogrullo sirven para llenar silencios o para simular cierto conocimiento sobre temas de los que en realidad poco se sabe.
Cómo mejorar el lenguaje: evitar el perogrullo
Si bien las formas comunicacionales que significan el uso de afirmaciones obvias o «verdades de perogrullo» no son necesariamente incorrectas a nivel gramatical o expresivo, es cierto que su utilización constante y frecuente empobrece el lenguaje y las ideas especialmente cuando se desea sostener un punto de vista determinado sobre un tópico en particular.
Para evitar que suceda aquello, no hay fórmulas mágicas pero sí se puede buscar enriquecer nuestra comunicación a partir del uso de mayor variedad de expresiones, de la no repetición permanente de frases sueltas escuchadas sin el debido contexto de las mismas, etc. Por otro lado, es importante señalar que si bien estas formas no son las ideales para expresar nuestros pensamientos, son parte del lenguaje cotidiano y humano.