Con la capacidad de pensar el ser humano puede resolver problemas y manejarse en la vida diaria. El pensamiento humano es complejo y es analizado desde distintas disciplinas: las neurociencias, la filosofía o la psicología. No obstante, hay un acuerdo general sobre dos variables o tendencias posibles: un pensamiento negativo y otro positivo. Como es lógico, el segundo es deseable, mientras que el primero tiene un claro ingrediente destructivo.
Desde diversas disciplinas se ha abordado el pensamiento positivo como una estrategia para mejorar nuestra calidad de vida y para sentirnos satisfechos con nosotros mismos. Existe un acuerdo general sobre los beneficios de esta orientación del pensamiento, pues está demostrado que es beneficioso para el equilibrio mental y para la salud en un sentido global.
Recomendaciones para tener un pensamiento positivo
Hay muchas reflexiones sobre cómo conseguir el anhelado pensamiento positivo. Forman parte de una tendencia muy actual: los distintos métodos de autoayuda. En la línea de este tipo de reflexión, a continuación se presentan unas recomendaciones que pueden ser útiles.
– Valorar adecuadamente nuestras circunstancias personales, así como nuestras cualidades.
– Evitar ideas dramáticas, fatalistas y cualquier forma de exageración de lo negativo.
– Relacionarnos lo menos posible con personas negativas, pues su influencia tiene un elemento tóxico contagioso.
– Hacer aquello que nos resulte gratificante en la medida de lo posible.
– Darnos premios cuando conseguimos un objetivo como un mecanismo de autoestimulación.
– Establecer un diálogo interno fluido y sincero (lo que tradicionalmente se denomina conocerse a uno mismo).
– Intentar no actuar de manera hipócrita, pues se trata de una contradicción dañina que se opone a la propia autoestima.
– Ser constantes y no dejarse autoengañar por excusas o justificaciones sin fundamento.
– Entrenar la positividad como si fuera un músculo que debe ser ejercitado para que no se debilite.
– Ver el lado bueno de la realidad.
Por último y a modo de conclusión, recordar que el pensamiento positivo es algo más que una serie de recetas o unas frases que suenan bien. En realidad, se trata de una actitud ante la vida, una manera de orientarnos por un rumbo estimulante en el que se busque el placer saludable y se evite el sufrimiento.