Se conoce como uno de los delitos más comunes y desesperanzantes de nuestras actuales formas de gobiernos e implica el uso de los bienes públicos que pertenecen al Estado (y por lo tanto al pueblo) para beneficio personal. El peculado es un delito penado en todos lados ya que se considera que quien lo comete no sólo está dañando a un conjunto de individuos sino también está utilizando las funciones públicas y el servicio hacia el otro para su propio beneficio.
Explicación de un término de origen latino
La palabra peculado es originaria del idioma latín, y allí se utiliza o significa el hurto de bienes públicos. Con el tiempo, este concepto se fue complejizando hasta lograr ser mucho más específico y hacer referencia al robo de los bienes públicos por aquellos que ocupan los cargos públicos de un Estado, es decir, cualquiera de sus funcionarios. De este modo, el sentido del término cobra otro valor ya que se trata entonces de un hurto doblemente grave.
El peculado era común en la Antigua Roma, y por eso se concibió la necesidad de crear un término que lo designara específicamente en el ámbito del derecho con el fin de encontrar entonces un castigo o pena para todo aquel que lo cometiera.
Los problemas del peculado van mucho más allá del simple robo
Para entender realmente lo que significa este término, es importante tener en cuenta que no estamos hablando simplemente de un hurto o robo sino que estamos haciendo referencia a una situación en la que una persona se aprovecha de un beneficio, que es poder acceder y tener a su alcance todo el caudal de bienes y fondos públicos de un Estado.
En este sentido, aquel que comete el peculado, además de robar o malversar los fondos públicos, está jugando con la confianza de quienes allí lo colocaron, es decir, el pueblo. En el caso de funcionarios de segunda o tercera línea que no son elegidos directamente por el pueblo sino que son parte del staff que compone a un Estado, debemos señalar cómo este tipo de hechos perjudican a la seriedad y gobernabilidad.
Distintas formas de un mismo delito
El peculado puede darse en muchas formas diversas. Es muy común el enriquecimiento ilícito, pero también el sobreprecio sobre inversiones que tiene que realizar el Estado, así como también el uso de coimas y sobornos para beneficiarse en determinado tema. Por último, también es común encontrar peculado en actos como el beneficio a determinado pariente o amigo del funcionario en cuyo caso los fondos públicos no son correctamente otorgados.
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