- 23/02/1960
- 1964-1986
- 1991
- 1993
- 2007
- 2017
- 01/05/2019
- 2020
- 2021
Nació en Tokio. Su nombre completo es Hiro-no-miya Naruhito Shinno. Su padre es el emperador emérito Akihito y su madre la emperatriz emérita Michiko.
Su formación fue más laxa a diferencia de la que tuvo su padre, a él sí se le permitió que eligiera qué estudios y proyectos concretar en su vida.
Se graduó en la carrera de historia de la Universidad Gakushuin, en Tokio. Se especializó en Historia Medieval de Japón.
Continuó sus estudios en el Merton College de la Universidad de Oxford.
Estudió la historia del transporte en el Río Támesis, haciendo foco en las vías fluviales; el tema lo abordó académicamente en una investigación doctoral que presentó en la Universidad de Gakushin.
Vivió con su familia hasta los 30 años, contradiciendo la tradición que establece que el futuro emperador sea criado por sus súbditos. Dicha costumbre fue estipulada para que el monarca aprenda a considerarlos.
Como príncipe heredero asumió las responsabilidades protocolares derivadas del cargo y representó a su padre en actividades y actos oficiales cuando éste no pudo hacerlo.
Se casó con la diplomática japonesa Masako Owada, hija de un ex viceministro de relaciones exteriores de Japón y nieta de un notable empresario. La pareja tuvo una sola hija. En 1999 perdieron un embarazo.
Fue presidente honorífico de la Junta Asesora de Naciones Unidas sobre Agua y Saneamiento, cargo que ocupó hasta 2015. Cabe destacarse que, el problema del agua lo desvela y le ocupó años de estudio.
El emperador Akihito abdicó del trono. Argumentó que su avanzada edad le impedía ya cumplir satisfactoriamente con sus obligaciones reales. El evento estuvo rodeado de enorme significatividad porque hacía 200 años que no sucedía en la familia imperial la renuncia de un emperador.
La sucesión en problemas. Desde hace años que la herencia al trono es tema de debate público en Japón porque en la milenaria casa imperial escasean los varones habilitados a suceder al emperador.
El gobierno no quiere contrariar las tradiciones que impone la ley sálica, adoptada originalmente por el Imperio Japonés, para determinar las condiciones de acceso al trono, y que solo habilita a los herederos varones.
Los sectores más progresistas abogan por la supresión de dicha norma, pero la resistencia es sólida y se sigue imponiendo: no hay espacio para las mujeres en el trono…
Tampoco gozó de demasiada aceptación la opción de permitirles a las mujeres de la familia real, que, cuando se casen con un plebeyo, conserven su posición real y sus títulos. De esta manera sus hijos ingresarían a la línea sucesoria y esto ampliaría la posibilidad que haya más varones, “de sangre azul”, disponibles para continuar con la dinastía familiar.
En 1889 se impuso la ley sálica como reguladora de la sucesión al trono del crisantemo. Incluso, la mujer nacida en el seno imperial está obligada a dejarlo una vez que se casa, tal como sucedió con su hermana menor, cuando se casó en 2005 con un plebeyo.
Se celebró su entronización en el marco de una ceremonia ancestral y sincrética, que contó con la presencia de gran parte de la monarquía mundial.
Su padre le cedió no solamente un preciado legado para que lo continúe sumando mejoras, sino que también le entregó los símbolos sagrados que acompañan al emperador durante su labor: el espejo sagrado, una joya y una espada.
Su asunción marcó el comienzo de una nueva era imperial denominada Reiwa, que refiere bella armonía, y que fue inspirada en una antigua antología poética japonesa: Manyoshu. Esto también supuso un cambio en la tradición, ya que anteriormente, se tomaba el nombre de la era de fuentes como los clásicos chinos.
Con su padre finalizó la era de la paz, y con él arrancó la de la armonía, esperando que su reinado le provea de dicha característica a la nación.
La emperatriz y el estrés del cargo. Su esposa habló públicamente sobre el padecimiento psicológico que le diagnosticaron en 2003: trastorno de adaptación, derivado del estrés que le provocó la posición que ocupa y las tremendas presiones por gestar un heredero varón que nunca llegó.
Este estado de situación le impidió a su esposa acompañarlo en muchas celebraciones y actividades oficiales por la enorme fatiga que sufre tras ellas. Según afirmó, y su cuerpo médico ratificó, está mejorando, pero debe seguir cuidándose. Dicho malestar le atribuyó a la emperatriz el apodo de “la princesa triste”.
Demostró el amor y compromiso para con su familia enfrentando las críticas que le prodigaron a su esposa, acusándola de descuidar sus deberes públicos. Incluso, en ese difícil momento, asumió la crianza de su hija Aiko, para liberar de las tensiones a su mujer.
Fue anfitrión de los Juegos Olímpicos de Tokio, celebrados con un año de retraso por las restricciones que impuso la pandemia de COVID.
Sus sucesores son: su hermano el príncipe Akishino, y su sobrino Hisahito.