Un mensaje subliminal es un tipo de comunicación que se mantiene oculta pero que igualmente tiene efectos a nivel subconsciente. Esto significa que será difícil de captar a nivel racional, pero igualmente será captada por el receptor. Es no obstante todavía una incógnita saber si existen mensajes de estas características que puedan influir notablemente en la gente. Algunas variantes actuales de este tipo de posibilidad remiten a la denominada programación neurolingüística, pero esta disciplina también es considerada una pseudociencia. No obstante, esta duda remite a mensajes realizados deliberada y racionalmente en el comportamiento ajeno. La consideración que las personas tengan algún tipo de comunicación no explícita entre sí es totalmente posible; en efecto, en este sentido entraría en juego el lenguaje corporal, la gesticulación, los movimientos involuntarios, etc.
EL concepto de mensaje subliminal remite a la distinción entre conciencia y subconsciencia producto de las teorías de Freud. Como es sabido según la perspectiva del psicoanálisis, existe una fracción de la psiquis que no se guía racionalmente y que guarda aquellos elementos reprimidos. Algunas investigaciones de especialistas sugieren que cuando dormimos, en los sueños, procesamos toda aquella información que no pudimos procesar conscientemente, de forma tal que sea aceptable para la conciencia. En el mensaje subliminal, justamente, se trataría de evitar la parte racional del ser humano, buscando generar mensajes que no estén racionalmente procesados.
Al respecto, suelen citarse experiencias realizadas en las que se les proyectó a personas una película con fotogramas que mantenían el mensaje de consumir determinados productos. Estos fotogramas estaban ocultos en la proyección, el ojo humano es incapaz de captarlos debido a la velocidad con la que se muestran los mismos. No obstante, la idea era que quizá inconscientemente estos tuvieran algún efecto, que finalmente sucedió, mostrando que efectivamente la gente demandaba más abundantemente estos productos.
Un ejemplo de un proceso de estas características está mostrado en la película “La naranja mecánica”, girando la trama alrededor del cambio de comportamiento que se le induce a uno de los personajes mediante la proyección de una película de estas características. A pesar de lo adaptado que esté este proceso para los fines cinematográficos, lo cierto es que puede ser gráficamente explícito en lo que refiere a la idea de mensajes subliminales.
A pesar de lo polémico del concepto, lo cierto es que tuvo un momento de difusión por las posibilidades que abría en el ámbito de la publicidad; también es común su asociación para aprender determinadas cosas o para eliminar vicios. No obstante, la existencia de mensajes con ocultos con alto poder de impacto en la población todavía es una incógnita a develar.