El marketing digital es el conjunto de procesos, metodologías y estrategias a través de medios accesibles dentro de espacios electrónicos-virtuales que permiten llevar a cabo un proceso comercial completo. De este modo, al trasladar las funciones y objetivos tradicionales al territorio electrónico cambian reglas como también técnicas esenciales, por ejemplo la ubicación física característica de un comercio se reemplaza por el desempeño en el posicionamiento en los motores de búsqueda, o la interacción con el vendedor se traduce en crear una interfaz amigable y confiable con vías de comunicación funcionales (observando que en muchos casos se demora en responder o simplemente no hay tal opción) que permitan expresar que hay alguien del otro lado a disposición ante cualquier problema.
Son nuevas formas de entender la exposición y promoción, con la consolidación de las redes sociales como vehículo, así como de las formas de relacionamiento, por ejemplo gestionando un newsletter o boletín de novedades, y en muchos casos debe trabajarse en conjunto con el departamento técnico de desarrollo.
Diferencias con el marketing tradicional
Primeramente, es primordial conocer el contexto que engloba y las principales funciones que lleva a cabo el marketing tradicional, así como el entorno en general. Por lo tanto, cuando hablamos de publicidad nos referimos a toda la rama encargada de proyectar el valor de una marca, con la principal intención de abastecer la necesidad e interés de un público objetivo o clientes potenciales, dentro de lo cual la oferta y la demanda juegan un papel fundamental en este proceso enfocado en las ventas.
Comúnmente se piensa que el marketing se dedica específicamente a las cuestiones publicitarias de la empresa, sin embargo, esta disciplina conlleva una estructura mucho más amplia que permite afrentarnos al mercado con las herramientas necesarias, generar ventas para nuestra empresa y obtener el posicionamiento deseado dentro del mercado. Reuniendo todas las actividades, procedimientos y metodologías que acompañan el proceso completo en cuanto a la venta de un servicio o producto, desde el inicio de este, al momento de dar a conocer nuestra empresa dentro del mercado; la detección del público que se atenderá así como sus intereses, necesidades e inclinaciones; el estudio de los canales de distribución y comercialización; hasta el seguimiento pertinente para fidelizar a los clientes una vez concretada la venta.
El ámbito digital conlleva un sinnúmero de ventajas competitivas por medio de las cuales se obtienen beneficios que con el marketing tradicional es más complicado o incluso imposible, entre ellas se encuentra la posibilidad de llevar una campaña promocional “no invasiva” y por medio de estrategias puntuales que permiten mostrar nuestros contenidos (marca, empresa, producto o servicio) a personas que se identifican como posibles clientes o que bien, según el algoritmo de la red, les podría interesar nuestro producto o servicio.
La medición y cuantificación de las estadísticas es uno de los beneficios que vuelven aún más atractiva esta manera de comercializar, caracterizándose por las diversas herramientas analíticas que se pueden implementar para reportar, analizar y comprender las métricas que se generan a raíz de las campañas diseñadas e implementadas, así como el comportamiento del consumidor y la cantidad de ventas obtenidas.
Uno de los temas más importantes dentro del mundo del marketing, independientemente de cuáles sean las estrategias, es la fidelización de los clientes. Los flujos de comunicación y la manera en que las empresas interactúan con sus clientes a través de los medios digitales, propician relaciones sólidas entre ambas partes. Cuando un cliente se encuentra fidelizado a nuestra marca o empresa, es sinónimo de un incremento en el número de ventas, así como a generar una red de referencias que da entrada a un buen posicionamiento dentro del mercado, reducción de costos, entre otros.
La importancia de las redes sociales en el marketing digital
El manejo de las redes sociales y la optimización de las mismas para publicitar, captar clientes y realizar ventas, es un factor elemental en la actualidad. Uno de los beneficios más grandes que representa esta estrategia es la eficiencia de sus costos, si bien es una realidad que podemos explotar las redes sociales logrando un buen posicionamiento en el mercado a través de ellas y con una mínima inversión, existe un marco mucho más amplio en torno a las herramientas que estos canales posibilitan: la utilización de herramientas analíticas o de posicionamiento presentan la posibilidad de crear campañas de marketing completas para alcanzar objetivos comerciales previamente establecidos.
Una de las claves para la utilización de estos medios es crear un “engagement” que permita crear una relación estrecha, fuerte y de beneficio con nuestros clientes, sin duda, Instagram, Facebook, LinkedIn, Twitter y otras plataformas como TikTok o YouTube han revolucionado estas interacciones con el público objetivo de cada empresa, pero sobre todo manera en que se realizan las ventas directas y el incremento de la cartera de clientes. Así mismo, cada una de las plataformas mencionadas tiene su mecánica de trabajo, e incluso perfiles de usuario, por ejemplo en TikTok e Instagram se manifiesta un público joven que, en buena medida, emigró de Facebook (no es casualidad que la empresa de Zuckerberg haya comprado Instagram en 2012 y Whatsapp en 2014, percibiendo una tendencia en el uso y comportamiento en los usuarios de su casa matriz, amenazada por las plataformas emergentes por las que decidió negociar), por su parte en LinkedIn existe un interés por cuestiones laborales y de formación, y en Twitter se percibe un público activo y actualizado con los acontecimientos que pretende conversar intensa y libremente.