Es la candidata a la presidencia de Brasil, que a priori, mejor representa valores como la transparencia, la unión social, la perseverancia, y el esfuerzo, que tanto demanda hoy la la sociedad brasileña de parte de su dirigencia política, tan infectada en los últimos años por la corrupción.
Nació en una aldea muy pobre del Amazonas, en el estado de Acre, en el año 1958.
Su historia personal nada tiene que envidiarle a las típicas historias de novelas en las que las protagonistas se sobreponen a un sinfín de obstáculos (pobreza, discriminación, enfermedades) y logran triunfar
De pequeña padeció una grave infección con mercurio, malaria, y hepatitis y trabajó duramente en el campo para ayudar a su familia.
Recién a los 16 años pudo escolarizarse y empezar a pensar en tener un futuro mejor
Se formó para convertirse en religiosa pero luego abandonaría la idea y se graduó como historiadora.
Trabajó como empleada doméstica para mantenerse.
En la década del ochenta comienza a militar en política y se convierte en una referente de la lucha sindical de la Central Única de Trabajadores de Acre, hecho que la acercó al Partido de los Trabajadores (PT) al que perteneció hasta el año 2009
Su carrera legislativa incluyó ser elegida como concejal, diputada, y senadora.
Es una gran activista del medio ambiente y de los derechos del Amazonas, situación que la llevó a dirigir la cartera ministerial de Medio Ambiente durante los gobiernos de Lula y de Dilma Rousseff
Las diferencias que mantuvo con la mandataria en materia de políticas de desarrollo en el Amazonas marcaron su alejamiento del gobierno y del partido.
Tras su salida del PT integró el Partido Verde y el Partido Socialista.
Haberse convertido en una portavoz de la lucha ambiental le valió un enorme reconocimiento en el exterior.
En 2010 y 2014 se presentó como candidata presidencial y enfrentó a Dilma Rousseff, la elegida de su ex partido, y aunque no ganó logró reunir un gran caudal de seguidores
En 2014 asumió la candidatura que quedó vacante tras el accidente aéreo en el que murió su compañero de fórmula y candidato a presidente Eduardo Campos.
En 2018, volvió a presentarse como candidata a la presidencia por el partido que creó y encabeza: Red de Sustentabilidad (REDE)
Con Lula Da Silva fuera de la pelea electoral, tras la decisión judicial de impugnar su candidatura, empezó una nueva campaña en la que busca dejar el tercer lugar en la intención de voto y pelearles, cuerpo a cuerpo, al candidato que representa a la derecha, Jair Bolsonaro, y a Fernando Haddad, el candidato apadrinado por Lula.
Es una confesa evangelista, creencia que abrazó en el año 1990.
Si bien contó con el apoyo de la comunidad evangélica, en los últimos meses, se lo han quitado y se acercaron a Bolsonaro a raíz de las posiciones de Silva de respetar los derechos civiles para los homosexuales y el aborto, aunque no comulgue con ellos
Entre sus propuestas electorales se destacan: por supuesto políticas para preservar el cuidado del medioambiente, reforma tributaria y de jubilaciones, y la unión de los brasileros que hoy están ciertamente divididos.